G-20: Proyecto Chino Nueva Ruta de la Seda o el hegemonismo gerrerista yanqui.
(02 Setiembre 2016)
Excelente resumen y análisis de la situación actual de la política internacional que da el entorno a la reunión del grupo G-20 a desarrollarse el 4 y 5 de septiembre en Hangzhou, China, realizado en el artículo elaborado por Pepe Escobar para Sputnik Noticias, que copiamos a continuación del blog de thesaker (*). En él se expone la confrontación que se dá en la situación internacional entre la política de desarrollo mundial planteada por China con los proyectos múltiples de la Nueva Ruta de la Seda presentados que se van conociendo internacionalmente bajo el nombre "Un Cinturon, Una Ruta" (OBOR, por sus siglas en inglés) y la mascarada de la política de dominación fascista mundial presentada por la potencia "hegemónica" norteamericana bajo los nombres de TTP para el Pacífico y su similar para el Atlántico.
Desgraciadamente -la situación está así- América Latina no está en el Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y políticamente estará muy mal representada en la reunión dados los últimos cambios en los estados de la región, pero se puede vislumbrar que ésto es igualmente muy transitorio, la situación internacional está en ebullición y la región no escapa a ello. Por otro lado los proyectos -por lo mismo que es otro hemisferio y otro continente- son un conjunto diferente que -descartando afirmativamente que lo va a dirigir China- puede denominarse también en referencia al patrocinador como "Nueva Ruta a Cipango" como se conocía en la China del siglo XII a la ruta hacia el oriente, hoy nuestro continente.
En el hemisferio ya hay varios proyectos de trascendencia no sólo hemisférica sino mundial en camino: el canal de Nicaragua, el ferrocarril Perú-Brasil, además de proyectos bilaterales con México, los países de centroamérica y del caribe, y sudamérica. Los organismos financieros de China con la región tambien están en proceso y tienen que acelerar el paso. La mayor relación política vendrá de la mano con la mayor relación económica. Los chinos lo saben y son pacientes.
Obrero en Línea.
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Aquí el artículo.
(*) La traducción es nuestra.
(02 Setiembre 2016)
Excelente resumen y análisis de la situación actual de la política internacional que da el entorno a la reunión del grupo G-20 a desarrollarse el 4 y 5 de septiembre en Hangzhou, China, realizado en el artículo elaborado por Pepe Escobar para Sputnik Noticias, que copiamos a continuación del blog de thesaker (*). En él se expone la confrontación que se dá en la situación internacional entre la política de desarrollo mundial planteada por China con los proyectos múltiples de la Nueva Ruta de la Seda presentados que se van conociendo internacionalmente bajo el nombre "Un Cinturon, Una Ruta" (OBOR, por sus siglas en inglés) y la mascarada de la política de dominación fascista mundial presentada por la potencia "hegemónica" norteamericana bajo los nombres de TTP para el Pacífico y su similar para el Atlántico.
Desgraciadamente -la situación está así- América Latina no está en el Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y políticamente estará muy mal representada en la reunión dados los últimos cambios en los estados de la región, pero se puede vislumbrar que ésto es igualmente muy transitorio, la situación internacional está en ebullición y la región no escapa a ello. Por otro lado los proyectos -por lo mismo que es otro hemisferio y otro continente- son un conjunto diferente que -descartando afirmativamente que lo va a dirigir China- puede denominarse también en referencia al patrocinador como "Nueva Ruta a Cipango" como se conocía en la China del siglo XII a la ruta hacia el oriente, hoy nuestro continente.
En el hemisferio ya hay varios proyectos de trascendencia no sólo hemisférica sino mundial en camino: el canal de Nicaragua, el ferrocarril Perú-Brasil, además de proyectos bilaterales con México, los países de centroamérica y del caribe, y sudamérica. Los organismos financieros de China con la región tambien están en proceso y tienen que acelerar el paso. La mayor relación política vendrá de la mano con la mayor relación económica. Los chinos lo saben y son pacientes.
Obrero en Línea.
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Aquí el artículo.
(*) La traducción es nuestra.
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thesaker
La elección final del siglo 21: OBOR o la guerra
01 de septiembre del año 2016
Por Pepe Escobar para Sputnik Noticias
El G-20 se reúne en el polo tecnológico de Hangzhou, China, en un momento de extrema tensión geopolítica.
China ha invertido inmenso capital político / económico para preparar esta cumbre. Los debates girarán en torno al tema principal de la búsqueda de soluciones “hacia una innovadora, vigorizada, interconectada e incluyente economía mundial.”
Los Ministros de Comercio del G-20 ya se han puesto de acuerdo para fijar en nueve los principios básicos para la inversión global. En la cumbre, China va a seguir presionando para que los mercados emergentes tengan una mayor participación en el sistema de Bretton Woods.
Pero, sobre todo China buscará un mayor respaldo del G-20 para la Nueva Ruta de la Seda –o un cinturón, un camino (OBOR), como se le conoce oficialmente– así como al nuevo Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIb).
Así es como en el corazón del G-20 tendremos los dos proyectos que están a la cabeza compitiendo geopolíticamente la formación de los jóvenes del siglo 21.
China ha propuesto OBOR; una conectividad pan-Eurasiatico espectacular diseñada para configurar un hipermercado al menos 10 veces el tamaño del mercado de Estados Unidos en las próximas dos décadas.
La hiperpotencia estadounidense –no es la atlantista Occidental, porque Europa está sumida en el miedo y el estancamiento– "propone" el actual statu quo neocon / neoliberalcon; las habituales tácticas de divide y vencerás; y la primacía del miedo, consagrado en la matriz del Pentágono de las "amenazas" que deben ser combatidas, desde Rusia y China hasta Irán. El ruido geopolítico en el fondo de la selva de la alta tecnología tiene que ver con la (http://sputniknews.com/columnists/20160829/1044733257/russia-china-game-brics.html) “contención” de los principales miembros del G-20 a Rusia y China.
No hace falta estar en un oráculo para adivinar qué proyecto es intrigante –y en muchas formas seductor– al Sur Global, así como a una serie de naciones miembros del G-20.
Ese frenesí de conectividad
Yendo y viniendo entre Occidente y Asia, se puede vislumbrar, en múltiples formas, el contraste gráfico entre la parálisis y la paranoia y un inmensamente ambicioso proyecto de $ 1.4 trillones que potencialmente tocan 64 naciones, no menos de 4.4 mil millones de personas y alrededor del 40 por ciento de la economía mundial, que estarán, entre otras características, creando nuevos, "vigorizados, interconectados e incluyentes innovadores" horizontes comerciales y podría decirse que instala una época post-geopolítica de ganar-ganar.
Una serie de mecanismos financieros que ya están en su lugar. El AIIB (que financiará mucho más allá del compromiso inicial de 100 mil $ millones de dólares); el Fondo Ruta de la seda ($ 40 mil millones ya comprometidos); el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (NDB), inicialmente comprometiéndose con $100 mil millones; además de una variedad de jugadores, como el Banco de Desarrollo de China y el de Hong Kong, China Merchants Holdings International.
Empresas estatales chinas y sus fondos están implacablemente comprando puertos y empresas de tecnología en Europa occidental -desde Grecia hasta el Reino Unido.
Los trenes de carga están ahora surcando la ruta de Zhejiang a Teherán en 14 días, a través de Kazajstán y Turkmenistán; pronto ésto será parte de una red ferroviaria trans-Eurasia de alta velocidad, incluyendo un Transiberiano de alta velocidad.
El Corredor Económico entre China y Pakistán (CPEC) de $ 46 billones tiene el potencial para desbloquear vastas zonas del sur de Asia, con Gwadar, operado por China Overseas Port Holdings, programado para convertirse en un centro naval clave de la Nueva Ruta de la Seda.
Puertos de aguas profundas se construirán en Kyaukphyu en Myanmar, Isla Sonadia en Bangladesh, Galle en Sri Lanka. Añadir a ellas el parque industrial de China y Bielorrusia y 33 ofertas en Kazajstán que abarca todo en la minería y la ingeniería del petróleo y gas.
Ya en febrero, PwC estaba detallando $ 250 mil millones en proyectos OBOR que se habían construido, recientemente iniciados o aceptados y firmados.
Una serie de proyectos de Ruta de la Seda ahora se entrecruzan en Eurasia, una red progresivamente de este-oeste y norte-sur a través de los muchos corredores de una zona económica; una conectividad y desarrollo de infraestructura en expansión frenética que implica a Rusia, China, India, Pakistán, Irán, Asia sudoriental y central. La conectividad, ahora más que la geografía, es el destino.
No es por casualidad que una gran cantidad de las acciones se suceden en los estados miembros u observadores de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Las Nuevas Rutas de la Seda están a punto de ser totalmente entrelazadas con la reprogramación de la OCS como un paraguas de la cooperación de seguridad-económica.
Paralelamente en Rusia, con la coordinación progresiva de la Unión Económica de Eurasia (UEE) con las nuevas rutas de la seda, se proyecta la asociación estratégica entre Rusia y China mucho más allá de la conectividad Nueva Ruta de la Seda a Europa.
Siga esas señales (CUES)
El Sudeste de Asia -a través de la Ruta de la Seda Marítima- es un centro clave en el nuevo juego de la Conectividad en Eurasia. Lo que nos lleva a la alegada ilegalidad de la “línea de nueve-guiones” china de afirmación de soberanía indiscutible como dictaminó recientemente La Haya.
Los EE.UU. y Filipinas tienen un tratado de defensa mutua desde 1951, según la cual los "territorios insulares bajo la jurisdicción [de Manila]" también deben ser defendidos. Washington bajo una neoliberalcon potencial presidenta Hillary Clinton -y Kurt Campbell, que conceptualiza el "giro a Asia" cuando sea probablemente Secretario de Estado- podría estar tentado a declarar que el tratado se aplica a las islas, atolones, "rocas" y las características incluso bajo el agua, tales como Scarborough Shoal.
Pekín no va a esperar a caer en esta posible trampa. A raíz de una reciente reunión en Mongolia Interior, China y la ASEAN establecieron poner en marcha una línea telefónica de emergencia diplomática y eventualmente adoptar un Código para Encuentros no planificados en el mar (CUES).
ASEAN y las potencias de Asia oriental, mientras tanto, mantienen un peso sobre el fondo del Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP) –16 países, el 29% del comercio mundial– como una alternativa a la TPP-corporativa empujada por Estados Unidos, una especie de OTAN-on-trade que excluye a China.
China es hiperactiva en todos los frentes. Además, aumentará el uso de Singapur que sabe cómo avanzar en los proyectos Nueva Ruta de la Seda. Singapur, con una población de casi el 75% de origen chino, es el mayor inversor extranjero en China e internacionalmente un importante centro para el comercio de yuanes. Más del 20% del PIB de Singapur está vinculado a China.
Al mismo tiempo, planificando una posguerra Siria, Pekín se ha comprometido a impulsar el comercio y la cooperación económica con Damasco, otro futuro centro OBOR. No se pierde nada de esto que también es asimétrica recuperación de la inversión para la interferencia del Pentágono en el Mar del Sur de China y el despliegue del THAAD en Corea del Sur.
Pekín ha dejado claro que el Mar del Sur de China no será discutido en el G20. El Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte por su parte, ha insistido, "No estamos en un apuro para hacer la guerra, estamos en un apuro para hablar."
El meollo de la cuestión en el Mar del Sur de China vinculado a OBOR no es la soberanía sobre "rocas" o, aún sin explotar, reservas de petróleo y gas; que depende de la capacidad de la Armada china para regular y eventualmente negar el "acceso" para el Pentágono y la Marina de los Estados Unidos. Lo que es seguro es que la Marina de los EE.UU. llevará a nadie preso para impedir que China domine estratégicamente el Pacífico occidental, tanto como que Washington va a ir sin tabúes a embestir con el TPP para evitar que China económicamente reine en la región de Asia y el Pacífico.
La máxima de Deng Xiaoping –"Nunca tomar la iniciativa, sin revelar su verdadero potencial, no estirar demasiado sus capacidades"– ahora pertenece al pasado. En el G-20 China una vez más está anunciando que está tomando la delantera. Y no sólo a la cabeza, sino también la planificación de extender demasiado sus habilidades para hacer de la hiper-OBOR un ambicioso plan maestro del trabajo de integración de Eurasia. Llamarlo un ejercicio de relaciones públicas o un monstruo de poder blando ganar-ganar; el hecho es que el imperialismo humanitario incorporado por el Pentágono considera a China la mayor "amenaza" en todo el Sur Global y -el G20 para el caso- lo tiene que saber.
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