jueves, 20 de julio de 2017

Aniversario: 40 Años del Paro Nacional del 19 de Julio

Honor a la Gesta Histórica de 1977 de la Clase Obrera y el Pueblo Peruanos
(19 Julio 2017)

 Este blog ha estado silente por mas de un mes. Su temática es la situación internacional, y aunque vienen ocurriendo aceleradamente sucesos muy importantes sobre el asunto, lo principal, el señalar el desmoronamiento del poder del imperialismo norteamericano a nivel mundial a partir de su derrota en la Batalla de Alepo en la Guerra de Siria, lo hemos descrito en nuestros últimos artículos.

 Hoy, 19 de Julio, sobre la situación nacional nos vemos en la obligación moral de saludar un aniversario más -40 años- del más grande acontecimiento político en el Perú de la segunda mitad del siglo XX: el Paro Nacional del 19 de Julio de 1977. Este Paro Nacional determinó la caída de la dictadura de la junta militar de Velazco/Morales que duró 12 años.

 Este acontecimiento político del Perú tan importante es ocultado y tergiversado por la "historiografía" reaccionaria y por todas las pandillas de estafadores políticos de izquierda y derecha lacayas del imperialismo norteamericano que domina nuestro país con su prensa y publicidad reaccionaria y monocorde.

 La dictadura militar del docenio fue impuesta en el golpe del 68 y encabezada por una camarilla militar preparada académica y politicamente con su mascarilla de izquierda y "revolucionaria" en el CAEM desde los años 50 bajo la dirección del departamento de estado norteamericano para detener el movimiento popular del Perú en ascenso desde la década del 60 y realizar contra él una ofensiva contrarrevolucionaria de destrucción de sus organizaciones con el genuflexo servilismo de los grupos en descomposición de los partidos socialfascistas sovietistas y sus propias bandas trotskistas e izquierdistas subordinadas a la CIA.

 Ese gobierno militar en los años 70, en el entorno internacional de crisis económica y política del imperialismo norteamericano evidenciada en su derrota en la guerra de Vietnam, entró en sus propias contradicciones dentro de la camarilla militar y se vió en un aislamiento político a nivel nacional que sus propios lacayos no pudieron sustentarlo y el pueblo peruano, pese a haber sido agredido duramente en sus organizaciones populares internamente por acción de esos lacayos velazquistas y externamente por la agresión de las leyes del régimen, logró dar un golpe formidable al poder de la dictadura militar que ésta tuvo que abandonarlo llamando a elecciones para una asamblea constituyente, no sin antes lanzar un zarpazo asesino, despidiendo entre cinco y diez mil trabajadores dirigentes sindicales, que descabezó el movimiento obrero y popular clasista; toda la politiquería contrarrevolucionaria y vendepatria se lanzó sobre las migajas de la "asamblea" y el movimiento obrero y popular quedó herido mortalmente que hasta ahora su organización de clase demora en levantarse.

 El Paro Nacional del 19 de Julio de 1977, organizado por federaciones sindicales nacionales y sindicatos independientes al margen de la dirección de la CGTP velazquista, marcó también el inicio de una nueva etapa en la lucha del pueblo peruano por el logro de sus derechos legales aunque a partir de alli ha tenido que comenzar desde cero en el aprendizaje sobre las camarillas políticas vendepatrias que dominan la escena nacional con el agravante del dominio por parte del imperialismo de la "educación", prensa y publicidad.

 Con motivo de este Aniversario no tenemos otra forma de saludarlo que publicando algunos artículos de información y comentario de las jornadas de 1977 que de alguna forma no tegiversan los acontecimientos de la época ni ocultan lo que se vivía entonces y lo que se vivió ese 19 de Julio, sobre el que el martirio de muchos pobladores y trabajadores quedó guardado en monumentos y un cementerio en Comas: "Martires del 19 de Julio de 1977".


 Obrero en Linea.

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 A continuación los artículos seleccionados.

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Recuerdos del paro del 19 de julio
domingo, julio 22, 2012


Han pasado 35 años y como dicen por ahí, el Perú de la marca Perú, ya no es el mismo. El movimiento sindical y popular tampoco es como el de 1977. Y nadie ha vuelto a ver una paralización nacional de la envergadura de las que nos tocó vivir aquel año, en pleno estado de emergencia, toque de queda y asesinatos nocturnos de ciudadanos que andaban por las calles. Todo puede ser diferente pero ¿cómo sería el Perú sin el paro del 19 de julio de 1977?

Veamos algunos datos para comprender el contexto: el 30 de junio de 1976, el premier y comandante general del Ejército, Jorge Fernández Maldonado, fue prácticamente obligado a leer un discurso frente a las cámaras de la televisión anunciando el más fuerte paquete de medidas de ajuste que se había dictado hasta esa fecha, con el fin de tratar de equilibrar las finanzas públicas. Las medidas incluían el aumento de los combustibles y de los productos de primera necesidad que estaban controlados.

Al día siguiente estalló una huelga de choferes que sembró el caos en Lima y otras ciudades. Una masiva marcha se desplazó por los distritos del cono norte y la policía sólo pudo contenerla a la altura del Puente del Ejército en medio de un gran enfrentamiento. Había acabado la ilusión de que la segunda fase del gobierno militar sería la “profundización del proceso”. Fernández Maldonado renunciaría dos semanas después. Y Morales Bermúdez se abrazó a los empresarios y al ala dura de los militares, y juntos impusieron la más brutal de los estados de emergencia que se recuerden.

Las protestas espontáneas del 1 de julio de 1976, habían servido de pretexto para militarizar el país lo que el dictador veía como el único camino posible para iniciar la contrarreforma e imponer el grado de control social que era requerido para el nuevo esquema de alianzas del poder. Muy rápidamente el gobierno que hasta hacía poco había estado coqueteando con las masas, pasó a la guerra contra su propio pueblo, sin que existieran organizaciones armadas desafiando poder o grandes movimiento sociales. Los asesinatos nocturnos a personas cuyo único “delito” era que se les había pasado la hora, eran un mensaje sistemático para que el país entendiera quién mandaba.

La teoría de que no hay ajuste sin miedo, había entrado en la sangre de los peruanos que empezamos a ver que los salarios perdían valor de manera continua pero nadie podía oponerse a una política económica que empobrecía a la gente y subsidiaba a las empresas. Todo siguió este curso hasta que el gobierno decidió lanzarse a la primera privatización de lo que se suponía iba a ser una cascada de traspasos de propiedad hasta desmontar el Estado empresario del velasquismo, y esta fue la venta de la flota de Pesca Perú ue por entonces tenía el monopolio de la extracción de especies para la harina de pescado y de su procesamiento industrial. La decisión del gobierno, en plena emergencia, dio lugar a una larguísima huelga de los hombres del mar que resistieron a pie firme la detención de uno tras otro de los equipos dirigentes que se armaron para reemplazar a los que estaban en la cárcel.

La huelga de los pescadores cambió al país. El miedo empezó a aflojar. Los huelguistas le habían abierto un boquete al estado de emergencia y ya no habría quién pudiera cerrar la brecha. A comienzos de julio, el gobierno anunció un nuevo paquete, llamado el “baruazo” (por el ministro de economía el empresario Barúa, y que fue mucho más fuerte que el del año anterior. Varias organizaciones sindicales empezaron a discutir entonces si se debía responder con una medida de lucha nacional. Las opiniones estaban divididas porque algunos dirigentes creían que no habían condiciones para enfrentarse al gobierno y que lo que podía resultar era una gran derrota para los trabajadores.

Es en esas circunstancias que se forma el Comando Unitario de Lucha (CUL) con la participación de un pequeño grupo de federaciones sindicales llamadas independientes: Gráficos, Seguros, Luz y Fuerza, CCP, que hizo un llamamiento al paro nacional para el 19 de julio, que como un bando fue pegado en las calles ya que ningún medio recogió la noticia. El debate sobre la condiciones para la acción de lucha había acabado. Con la fecha marcada en el calendario, todos caminamos al gran día. Y de pronto no había un automóvil que circulara en Lima. Las avenidas estaban vacías y muchos jóvenes las convirtieron en canchas de fulbito.

En los conos, entonces llamados “pueblos jóvenes” hubo recios enfrentamientos y varios muertos. Aún hoy, en Comas, se conmemora la fecha para el recuerdo de las víctimas. En todo el país había habido una respuesta unánime y por única vez en la historia se podía ver paro en los barrios de clase media y en los populares. Hacia las cinco de la tarde se arrojó una edición del diario “Ultima Hora” (todos los diarios eran del gobierno) que llevaba como titular “el paro fue parcial”.

Morales respondió con un decreto increíble que autorizaba a las empresas a despedirá los trabajadores que considerara que habían participado en el paro. Ni siquiera se atrevió a hacerlo él mismo. Hubo 5 mil despidos, incluyendo a casi toda la vanguardia del movimiento sindical. No faltaron los que dijeron que ya lo habían advertido, que el paro nos llevaría a la derrota.

El 28 de julio Morales Bermúdez leyó su discurso de fiestas patrias para anunciar que el estado de emergencia (que ya era casi un fantasma) se levantaba, se convocaba a una Asamblea Constituyente y elecciones para el año 1980. El paro nacional había cambiado el curso de la historia.

22.07.12
Publicadas por Raúl Wiener
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19 DE JULIO DE 1977
miércoles, 18 de julio de 2012




El 19 de julio de 1977 la clase obrera y el pueblo peruano escribieron una de las páginas más trascendentales de su historia: hicieron realidad un Paro Nacional que sacudió el país de extremo a extremo, demostrándole a la dictadura militar de entonces, dirigida por el general Morales Bermudez, que los pobres de la ciudad y el campo no tenían alma de esclavo. El paro andictatorial ratificó que en el Perú los verdaderos campeones de la lucha por la democracia han sido los trabajadores, porque mientras la gran burguesía y sus partidos actuaban al alimón con los militares para golpear económica y políticamente -¿no se acuerdan de los paquetazos?- a los asalariados, a los habitantes de los pueblos jóvenes, a los campesinos, a los maestros y estudiantes...éstos en calles y plazas fueron limando la estabilidad y credibilidad de la dictadura. Después del paro de 1977, los militares - no sin antes ensañarse vía los despidos masivos de dirigentes y trabajadores- anunciaron su retiro a los cuarteles, previa convocatoria de una Asamblea Constituyente. Los militares no se fueron, el pueblo, al derrotarlos, precipitó el regreso a sus cuarteles...

El Paro Nacional de 1977 fue el punto más alto del flujo del movimiento obrero y popular de entonces. Fue un paro político, donde la idea de traerse abajo a la dictadura militar iba marcando el paso de los batallones de hierro de la clase obrera y de los millones de parias de la ciudad y el campo, que desde el Perú profundo en todas sus diversidades, fue alzándose a la lucha contra los militares y los intereses que representaba. Llegar a este nivel de pelea política demostró la capacidad de los trabajadores para saltar de la lucha economicista, inmediatista, al combate por objetivos mayores, trascendentales, como el de traerse abajo una dictadura entreguista y antipopular.

Indudablemente que no fue fácil superar la valla del economicismo, que no es un tema práctico, es un asunto de niveles de conciencia, que se alcanza desde la lucha concreta, pero intermediada por la educación política, que va separando la paja del grano, demostrando las limitaciones de la simple pelea por las reivindicaciones inmediatistas, y la trascendencia - desde los intereses mayores de los trabajadores- por abrirse un camino propio, autónomo, distinto al de la burguesía. La política como pedagogía, como ciencia, arte y ética, como guía metodológica para entender el movimiento de las clases, sus tendencias, perspectivas, realineamientos, recomposiciones y crisis menores o mayores, cumple aquí un rol de excepcionar importancia, como hasta cierto punto se logró a través del propio movimiento de las masas populares. Después de muchos años, en la agenda de los trabajadores comenzaron a observarse palabras mayores como emancipación de los trabajadores, revolución, socialismo...

El Paro Nacional de julio de 1977 demostró la posibilidad real de poder caminar por ese terreno. Claro que ese trabajo fue de los partidos políticos que se reclamaban de la clase obrera y el pueblo. La izquierda, en este sentido, se puso los pantalones largos al alcanzar, en medio del fragor de las batallas sociales, niveles significativos de unidad. Se habían superado, para bien del movimiento popular, las ilusiones reformistas generadas por la primera fase del gobierno militar (1968-1975) que llevó al seno del pueblo la idea de alcanzar una sociedad diferente, socialista o no, a través del apoyo al reformismo de los uniformados. Las diferencias entre unas y otras tendencias no se habían diluido, pero había quedado en claro que ante las contingencias de la lucha de clases, lo que se pone por delante es lo que une, no lo que divide.

Hay mucho por aprender de ese Paro Nacional, como de todo lo que aconteció antes y despuès, saquemos lo positivo lo negativo, como las limitaciones que existieron. Estoy seguro de que servirá de mucho en la hora actual, cuando desde la izquierda corren nuevos vientos de recomposición, unidad y protagonismo político.

Publicado por ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA

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LOS MARTIRES DE COMAS
16 Oct 2008 14:55:27

Breve reseña de un paro y su protagonista 19-07-1977

Una frase nos dice: El árbol no crece sin su raíz. Es por esta razón la importancia de conocer nuestro pasado, el de nuestros pueblos, esa historia que nos niegan; para los que vivimos en esta parte de Lima Norte, que es parte de esta sociedad que es cada vez mas apática y despreocupada de su entorno mas inmediato. Una historia que se inició con un Paro Nacional, viviendo en la actualidad una época donde los “paros nacionales” son sólo “paseos de procesión” (al menos en Lima) con demandas reformistas y ofrendas a ídolos muertos, donde el concepto de clase viene a formar parte de los rimbombantes nombres de los Sindicatos y Gremios, donde muchos de sus dirigentes lo único que realizan es hacer pactos con los gobiernos-empresarios y utilizan la lucha laboral para, en algún momento, llegar a ocupar un asiento en el Congreso y ser parte de esa clase dominante y explotadora. Todo pueblo tiene una historia que contar y conocerla nos sirve para poder entender-conocer nuestro presente y cambiar una realidad que puede ser incierta para nuestros pueblos. Es así que en los años 70`s, el movimiento obrero y social, toma conciencia de su condición -con una organización independiente-; en circunstancias que el campo se trasladó a la ciudad, por las reformas populistas del dictador militar Juan Velasco Alvarado hechas para contener las acciones del campesinado que luchaba por sus reivindicaciones de pan, tierra y trabajo; que en su defensa optó en muchas circunstancias armándose, respondiendo la violencia estatal y legalizada con la violencia popular. Es en este contexto que se llega a 1975, con la salida de Juan Velasco Alvarado por acción de otro dictador militar, Francisco Morales Bermúdez, que busca acabar con las reformas de su antecesor en los regímenes de propiedad sobre los medios de producción y por otra parte, acabar con la unidad y acción directa de las masas en crecimiento. Paros, huelgas, invasiones de terrenos, movilizaciones en el campo y la ciudad, desde jóvenes secundarios, universitarios, pobladores, campesinos, pequeños comerciantes urbanos y obreros sostenían luchas heroicas por mantener lo que hasta ese momento se había ganado y lograr, por la lucha social, sus aspiraciones y anhelos más sentidos.

PARO NACIONAL DE 1977: LOS MARTIRES…

La indiscriminada persecución de dirigentes sindicales y el despido de miles de ellos durante el régimen militar lleva al movimiento sindical a convocar un paro nacional de protesta organizado por la CGTP. Se inició días antes con el paro de transportes en respuesta al alza de la “la historia que nos cuentan no siempre es la nuestra, el pueblo hace la verdadera historia con sus luchas, triunfos y derrotas…”gasolina, en el cual se vio el fortalecimiento y unidad de las masas . La población se trasladó a pie, agrupando en el camino grandes manifestaciones contra el gobierno y sus políticas económicas y sociales. Y es el 19 de Julio de 1977 cuando se concentró la gran masa, desde las primeras horas tomó las calles, desde todos los conos de Lima, para bloquear carreteras, vías principales, levantando barricadas; esto en todo el país.

El gobierno militar implementó en los buses de ENATRU (empresa del estado), un resguardo con soldados para trasladar a los que no quisieran parar; pero no pudieron cumplir con su objetivo: los pobladores lo impidieron y quemaron buses. En las calles de Comas, el pueblo también se hizo presente, en el cruce de las avenidas Túpac Amaru y Andrés Belaúnde, el estado respondió como lo hace con todo aquel que se atreve a rebelarse… ¡con las balas!, un helicóptero dio el aviso y los buses de la marina cumplieron la orden… los muertos se hicieron presentes. Estos combatientes nunca morirán, en la historia de nuestro pueblo viven por siempre, recordemos a: Julio Laynes, Flor Arcaje, Fluira Pardavé, Jorge Jáuregui, Zenobio Pastrana y Juan Flores en Comas; Independencia y Villa el Salvador también tuvieron sus víctimas. A ellos un homenaje y a todos los mártires del pueblo; pero no homenajes de auditorios y discursos, sino continuando la lucha en las calles. Aprendiendo de los errores del pasado para cuestionarlos y transformarlos; y organizándonos con nuestros barrios creando conciencia social e identidad.

El 19 de Julio Contado Por Uno De Sus Protagonistas: Francisco Mejía S. (58 años): Soldador, zapatero, albañil.

¿Y cómo empezó todo aquel día, dónde se reunieron?

-La represión del gobierno militar contra la clase pobre, despidos masivos contra los trabajadores que participábamos en huelgas, el alza de precios: todo esto cansó al pueblo, ese día nos empezamos a reunir en la entrada de San Felipe; llegaba la gente de todos lados, Km.22, Santa Isabel, Collique; en el camino, rumbo al punto de concentración, la gente salía a acompañar desde San Juan, Año Nuevo; se sumaron a la caminata por toda la av. Túpac Amaru hasta llegar al cruce con la Av. A. Belaúnde, donde sería la concentración principal, en la que expusieron oradores muchos/as de ellos dirigentes sindicales y barriales, subidos donde ahora es una botica o farmacia, creo… Eramos aproximadamente 5 000 mil personas copando todo el cruce…

¿Estuvo algún dirigente reconocido de esa época en la concentración?

-Sí, estuvo Alfonso Barrantes Lingán en la entrada de San Felipe con todos nosotros dando un discurso; él, como dirigente de uno de los grupos más fuertes de entonces que era la Izquierda Unida y nos acompañó en toda la caminata…

¿Participó Ud. dentro de alguna organización o sindicato en esa fecha?

-No, con un grupo específico… pero siempre participaba en asambleas, marchas… no descuidando a la clase de donde venía, pues el pueblo en ese momento era muy unido… los paros eran más contundentes, había más solidaridad con los paros, sean de 24 ó 48 horas, todos parábamos; carro que no paraba carro que se le quemaba … ahora no paran: tratan de llegar al trabajo hasta en burro, muchos dicen: tengo que trabajar por mi hijos; pero lo que se reclama, el cambio que se quiere, no es sólo para unos: es para todos.

¿En qué momento empieza la represión por parte del gobierno militar?

-Era aproximadamente la 1:00 de la tarde, ya estaban por culminar los oradores y muchos grupos se estaban dispersando cuando en eso un soplón (helicóptero) pasa por encima de nosotros y al rato pasan a gran velocidad 2 buses amarillos de la marina y en cada ventanilla habían metrallas disparándonos… Tuvimos que correr para salvar nuestras vidas, cerca de mí cayó una chica que era madre y dirigenta de un comedor de la 2da zona de Collique, si mal no recuerdo, y otros compañeros más que pertenecían a gremios sindicales… Después nos volvimos a reagrupar, pero en la Plaza 2 de mayo, repudiando el asesinato de los compañeros en diferentes puntos de Lima, el pueblo estaba furioso e indignado por todo lo que había pasado, todos contra el gobierno militar…

¿Cuál fue la actitud de la gente después del 19 de Julio?

-La solidaridad se hizo presente para enterrar a los muertos, se fue a pedir hasta el alcalde de Comas para los cajones… el gobierno empezó aun más con la represión, las marchas y paros continuaban más seguidos, la gente estaba cansada, el gobierno tambaleaba y los soldados salían, la historia que vino después ya es conocida. Se logró la nueva Constitución en el 79 que trajo las nuevas elecciones, pero la lucha seguía en las calles, el movimiento sindical en los 80`s aún era fuerte (yo participaba en un sindicato y nos despidieron), se hacían grandes marchas y paros, en el gobierno aprista fueron asesinados muchos luchadores sindicalistas y comunistas en los penales, en los 90`s la dictadura de Fujimori casi acabó con el movimiento sindical y la instauración de las servis que ya venían del gobierno aprista ayudó en esa tarea… Pero había un dirigente sindical, Pedro Huilca, que estaba organizando un gran frente nacional para luchar contra el gobierno de Fujimori, pero lo asesinaron (1992); dirigentes así ya no hay y no sería sorpresa que, en algún momento, Huamán y los demás participen en las elecciones para un puesto político.

Limber
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PARO NACIONAL. 1977
PUBLICADO: 2014-07-26
Por CARLOS ORETIZ C.



ESA FUE UNA DE LAS BANDERAS DEL PARO DE JULIO DE 1977

La paralización del 19 de julio de 1977 fue a iniciativa de las bases de la CGTP y de algunas organizaciones sindicales independientes como la Federación Gráfica del Perú; la Federación de Trabajadores Cerveceros; la Federación de Trabajadores en Compañías de Seguros; la Federación de Luz y fuerza; (sic) (Falta nombrar a la Federación de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos del Perú) y la Central de Trabajadores de la Revolución Peruana CTRP-Lima, cuyos representantes entregaron al Secretario General de la CGTP los acuerdos adoptados y el modelo del afiche. Este paro fue calificado por algunos partidos políticos y gremios empresariales como paro político. En realidad, todo paro de las características del Paro Nacional en mención es político, ya que la plataforma de lucha no es contra un patrono en particular, sino que abarcan objetivos económicos, políticos y sociales más amplios.

A diferencia de la realización de otros paros que su plataforma de lucha es más amplia y menos ajustada a lo salarial, en cambio el paro nacional del 19 de julio de 1977 tenía como punto número uno el aumento general de sueldos y salarios de acuerdo con el alza del costo de vida. Otro de los reclamos era la plena vigencia de la estabilidad laboral, la no intervención en las universidades, ...

Lo mismo ocurrió con el gobierno del Arq. Fernando Belaúnde Terry, que al momento de asumir el control del Estado la primera medida que tomo fue indemnizar a los terratenientes y empresarios derogando todos los decretos y leyes que supuestamente los perjudicaban, pero si mantuvo vigente el decreto que dejaba en la calle a los miles de despedidos por la dictadura. Desde esa fecha, nada ha cambiado en beneficio de los trabajadores, por el contrario se flexibilizó más las leyes laborales y hasta el momento no hay Ley General de Trabajo porque tomaran muchos años más para que los gremios de empresarios y de trabajadores logren algún consenso por lo que siguen vigentes las leyes laborales decretadas por la dictadura de Fujimori, y que este gobierno tampoco ha cumplido con restablecer los derechos laborales transgredidos por los gobiernos posteriores que no les interesó legislar en favor de los trabajadores, sino a favor de los empresarios nacionales y extranjeros, mucho menos les interesó generar empleos decentes como lo dice la OIT. A los empresarios, solo les interesa acumular más riqueza y con las leyes actuales además tienen carta libre para hostilizar y despedir a los trabajadores.

Como recordaran algunos protagonistas de esta medida de lucha emprendida por los trabajadores encontró el apoyo de amplios sectores de la sociedad civil, que no eran sindicales ni de izquierda, porque también ellos mostraban un malestar porque fue una época en que los pobres sufrían las consecuencias de una dictadura complaciente con los grupos de poder económico que sin esfuerzo alguno lograron posesionarse mejor en el poder durante el gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde Terry.

Los que participaron en la organización del paro, como en las movilizaciones a nivel nacional son testigos de la enorme participación ciudadana, focalizada sobre todo, en los conos de la ciudad de Lima que fueron los que tuvieron mayor participación y donde murieron varios de los manifestantes, precisamente en el distrito de Comas se produjo un hecho lamentable que según una agencia de noticias, informó a la opinión pública que una turba atacó un ómnibus y que los infantes de marina que patrullaban la zona abrieron fuego para proteger el vehículo.

Eso, se dijo para justificar esas muertes pero no se informó nada de la brutalidad con que actuaron las llamadas “fuerzas del orden” que tenían directivas del gobierno militar que nunca titubeó para aplicar mano dura contra los dirigentes sindicales y las organizaciones de la sociedad civil que no eran afines a la dictadura militar, así como ocurrió con algunos medios de comunicación que daban cuenta del paro, los que fueron sometidos a censura previa.

La revista CARETAS que publicó y mostró la forma en que se desarrolló alguno de los acontecimientos del Paro Nacional decía: "Esta edición se publica involuntariamente bajo un diplomático procedimiento de censura previa. Nadie aquí ha alterado su estilo de ver las cosas, contar u opinar sobre ellas, y al momento de escribir estas líneas no sabemos cuál será el resultado de la revisión. De lo que los lectores pueden estar seguros es que CARETAS no alterará el contenido de sus notas para amoldarse a los criterios de la censura. En todo caso, la revista se verá forzada, bajo protesta, a suprimir ese material". Como consecuencia del paro fueron detenidos e intervenidos varios locales sindicales, algunos medios de comunicación y como repetimos más de cinco mil trabajadores quedaron en la calle, en su mayoría dirigentes sindicales.

37 años después de este histórico Paro Nacional del 19 de julio de 1977, algunos de los dirigentes que participaron se han olvidado, otros han fallecido sin tener ningún reconocimiento como lo tuvieron muchos personajes del mundo sindical y político, inclusive los que no estaban de acuerdo con esta medida, otros personajes que no tuvieron ninguna participaron, y otros que aún no se dan cuenta que ese paro marcó una nueva época y que tuvo como protagonista principal al proletariado peruano organizado que después del también histórico paro por las 8 horas de trabajo que durante tres días involucro a todos los centros de trabajo de Lima y Callao y que obligó al Presidente José Pardo a firmar la Jornada de las ocho horas de trabajo.

Ese mismo año, se produjo también el paro de las subsistencias, paro masivo y tempestuoso, y que también fue reprimido con saña, tan igual como ocurrió en el paro del 19 de julio de 1977 que quedará grabado en la historia de las grandes luchas de los trabajadores por conseguir mejores condiciones de trabajo, seguridad social y salarios justos.

Ahora podríamos declarar con propiedad que el Paro Nacional del 19 de julio de 1977, condensó décadas de luchas y frustraciones de los trabajadores peruanos en la defensa de sus derechos y se cruzan por nuestra memoria los regímenes de Morales Bermúdez, Belaúnde Terry, Alan García, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, nuevamente Alan García y ahora Ollanta Humala que siguieron con la política de liquidar los sindicatos.

En todas estas acciones de lucha escuchamos siempre escucharemos el grito estruendoso de ¡Despedidos, reposición! ¡Lucha contra la corrupción y la impunidad¡ ¡Aumento de sueldos y pensiones¡ sobre todo, el cuestionamiento del segundo gobierno, de un Presidente de verbo elocuente y que asumió el mando, prometiendo reivindicarse con la historia y con su desastrosa gestión gubernamental anterior, este voluminoso personaje sucedió a un régimen que se reclamó «de todas las sangres» y a un Presidente que se presumió Pachacutec; hoy como ayer, calles y plazas se inundan del paso incesante del ejército de los trabajadores despedidos que conmueven la conciencia nacional demandando la reposición a sus centros de trabajo o la creación de nuevos puestos de trabajo.

Tampoco hasta la fecha nadie -salvo algunos discursos- se ha reivindicado a los miles de trabajadores que quedamos despedidos y que además perdimos todo, mientras otros lograron acomodarse con una curul parlamentaria, cargos importantes en los partidos que lograron conseguir beneficios económicos y poder político como ha ocurrido con el actual gobierno que prometió los cambios que se venía exigiendo y que por el contrario se doblegó como los anteriores a los grupos de poder económico y sigue la línea del neoliberalismo haciéndonos creer de un crecimiento que algún día llegará a los pobres y, que la inclusión social, que anteriormente se denominaba justicia social, luego equidad, será una realidad algún día.

Esto también nos recuerda a un presidente que según él nos libró de la violencia terrorista, otro que se refería al “chorreo” que en algún momento llegará a los pobres y otro que escribía El síndrome del perro del hortelano en el Diario El Comercio que representa el poder empresarial de la “libertad de prensa” y defensa de la “democracia” y que aseguraba que la plata llega sola y esto parece ser cierto porque nadie sabe cómo es que han acumulado tanto poder económico junto a sus colaboradores y familiares directos.

El en año 2016 culminará el gobierno de Ollanta Humala, con toda seguridad terminará su mandato como el segundo gobierno de Alan García Pérez, atravesado por una vorágine social que lo descalifica como Presidente de los más necesitados y con sus promesas electorales incumplidas, con su popularidad en descenso, con esta gestión va confirmando la justeza histórica de las luchas populares por la reivindicación de sus derechos. Movilizaciones masivas en todo el país, pancartas, y cantos combatientes, bombas lacrimógenas, golpes, muertos y encarcelamientos, olvidándose en la practica el mensaje triunfalista y soberbio gubernamental, escenas trágicas que van silbando como el viento inexorablemente a las conciencias del mundo, recordándoles el aumento de la pobreza, la corrupción y la impunidad, que no solo tiene en sus entrañas una de las siete maravillas del mundo sino que camina junto a la pobreza extrema del Perú profundo donde la pobreza y la exclusión social no tiene coherencia con el crecimiento económico que hace tanta propaganda el gobierno fuera de nuestro país.

Entonces no se puede ocultar las nuevas formas y estilos de lucha que son parte del panorama que desfila por las calles y aparece en las pantallas televisivas, mostrando las luchas de los trabajadores despedidos, por la defensa del trabajo y la vida, por empleos dignos, mostrándose imágenes crueles que la niñez peruana contempla sin comprender cuál será su futuro.

Durante el tiempo transcurrido con estos gobiernos serviles a las grandes empresas nacionales y corporaciones transnacionales y fieles a los mandatos del FMI y el BM debemos insistir en la unidad del movimiento sindical sin exclusión alguna, unidad sindical tan resistida y torpedeada por muchos líderes sindicales que no aceptan dar un paso al costado para lograr construir un movimiento sindical fuerte que esté en condiciones de enfrentar al modelo económico que deja en el camino a millones de trabajadores en la calle y que genera un problema social que se manifiesta en el aumento de la delincuencia, prostitución, entre otros problemas.


(*) Secretario General Adjunto de la FGP / ANP Lima Reg. Gremial 3861

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Paro 19.07.1977: 36 años de historia
EL HISTORICO PARO DEL 19 DE JULIO DE 1977 Y LA APERTURA A NUEVAS ACCIONES POLITICAS

Por: Silverio Velásquez Narvaez
Ex dirigente de la CGTP
De su libro: "Reseña histórica del movimiento sindical y la lucha de clases".



En la coyuntura de Junio y Julio de 1977 se desarrolla un amplio trabajo de unificación y coordinación entre las fuerzas sindicales.

La unidad se va forjando en cada una de las luchas del movimiento sindical al comprobar que la agresión represiva y patronal solo se podrá contener con una respuesta unitaria y masiva de los trabajadores.

Si bien se trata en parte, de una unidad coyuntural, es una unidad efectiva que se va logrando en duros combates de clase: Así, la protesta generalizada en todo el país contra la dictadura cavernaria y antipopular de Morales Bermúdez, encuentra su máxima expresión en el histórico paro del 19 de Julio de 1977.

El paro fue el resultado de todo un periodo de lucha de la clase obrera a través de sus organizaciones sindicales.

Se llegó a esta extrema medida, porque se mantenía sin variación alguna el recorte de los derechos laborales y la represión policial contra las organizaciones sindicales. Se mantenía impune el abuso patronal y en componenda con la burocracia ministerial de trabajo y del ministerio del interior, se aplicaba arbitrariamente el D.S-011-76-TR.

Las garantías constitucionales se mantenían suspendidas y el Estado de Emergencia iba creando condiciones favorables para el Paro Nacional. La CGTP trabajaba abnegadamente (sic) para que esta medida de fuerza sea unitaria. Las coordinaciones se realizaron con las otras centrales y organizaciones sindicales independientes. Así, la CNT, la CTRP-Lima y las federaciones independientes que se incorporaron al trabajo preparatorio del Paro.

Se constituyó el Comando Unitario de Lucha con la participación de la CGTP, la CNT, la CRTP-Lima y las Federaciones de Luz y Fuerza y de Seguros a nombre de la Federaciones Independientes, tomándose las medidas necesarias para garantizar la realización del paro.

De nada sirvieron las amenazas del Ministerio del Interior un día antes del PARO, que a pesar de su aparente ecuanimidad, buscó amedrentar a los trabajadores para evitar su realización; sin embargo, este se realizó exitosamente.

 


El Paro Nacional fue una medida sin precedentes en la historia de la lucha de la clase obrera contra la explotación capitalista y la dependencia imperialista de nuestro país. Los trabajadores demostrando su madurez de clase lograron atraer unitariamente a lo más avanzado de sus destacamentos y a diversos sectores del pueblo.

Fracasó la consigna de los amarillos y patronales de la C.T.P aprista que llamó a no acatar el paro, campaña a la que se sumó la ultra izquierda maoísta, principalmente de “Patria Roja”. Fracasó también la maniobra del conocido enemigo de la clase obrera J.P. Luna, quien desde la posición que ocupaba en la Federación de Choferes, llamó a los microbuseros y trabajadores del volante para que no acataran el Paro.

La paralización fue total en Lima y Callao, Arequipa, Cuzco, Puno, Huancayo, Trujillo, Chiclayo, Cajamarca, Ayacucho, etc. En Lima, la carretera central entre Lima y Chosica fue bloqueada por los vecinos del lugar. Toda la zona Industrial de la Av. Venezuela y la ciudad universitaria de San Marcos fueron bloqueadas por los trabajadores y los estudiantes universitarios.

En la zona sur, toda la carretera Atocongo que une a los distritos de Villa el Salvador, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores, así como la zona industrial de Surquillo fueron tomadas por la clase obrera, los trabajadores de los mercados, de las tiendas comerciales y por los profesores de esos lugares.

Las fábricas ubicadas a lo largo de la Av. Colonial y la Av. Argentina fueron cerradas por sus dueños a exigencia de los trabajadores. El puente Dueñas de entrada a San Martín de Porras, por la zona Industrial, fue tomado por los manifestantes que se desplazaban en marchas masivas por ese lugar.

El Paro del 19 de Julio, golpeó duramente y aisló aun más al gobierno.

Dando respuesta a esta medida de fuerza, dispuso para ejemplarizar y descabezar al movimiento sindical, el D.S. 010-77-TR que facultaba a las empresas para despedir –a su arbitrio- a los organizadores y a los que apoyaron el Paro y como salida a su aislamiento anunció la convocatoria a elecciones para la Asamblea Constituyente en 1978 y la entrega del poder en 1980.

El Paro, mostró la fuerza real que tiene la clase obrera y que se acrecienta cuando va acompañada de la unidad de las organizaciones sindicales, alrededor de una Plataforma de Reivindicaciones justas, que recoge los problemas más sentidos de los trabajadores.

El Paro Nacional, trató de ser utilizado por los enemigos de la clase obrera que intentaron desnaturalizar su carácter reivindicativo y presentarlo como una acción subversiva. Un día antes del paro, el ultraderechista semanario “El Tiempo” en grandes titulares lo tildaba “El Martes Rojo”.

Entre sus objetivos también estaba el de movilizar a las fuerzas reaccionarias del APRA para que se repitieran los luctuosos hechos del 5 de Febrero de 1975.

En el seno del gobierno, los sectores más reaccionarios trataron de teñir el Paro, como político, levantando con fuerza el peligro del comunismo y plantearon la necesidad de elaborar un plan para gradualmente, desmantelar el movimiento sindical, principalmente de la CGTP. Justamente lograron un paso sustantivo en ese terreno cuando el gobierno dio el D.S. 10-77-TR que facultaba a las empresas estatales y privadas a despedir a los trabajadores por participar en el Paro.




Así, despidieron cerca de 4 mil trabajadores, entre los cuales figuraba un número considerable de campesinos.

Dentro de los despedidos estaban trabajadores de base y dirigentes de la CGTP. Allanaron los locales sindicales. El de la CGTP y el de la Escuela Nacional Sindical fueron tomados por la policía.

Se encarceló a cientos de trabajadores y dirigentes sindicales dentro de los cuales se encontraban los principales dirigentes sindicales de la CGTP (Juan Rufasto, Eduardo Castillo, Silverio Velásquez, Claudio Santa Cruz, etc.)

El compañero Silverio Velásquez Narváez, tuvo que soportar medio año en prisión en la cárcel pública del Callao, afrontando un juicio en un tribunal militar como uno de los directores intelectuales del Paro del 19 de Julio y por atentar contra la propiedad privada yla Seguridad del Estado.

El despido masivo de los trabajadores, obreros y campesinos principalmente de dirigentes, además de las persecuciones y prisiones a las que fueron sometidos, fue un duro golpe para el movimiento sindical clasista.

Sin embargo, en el transcurrir del tiempo, la lucha de la clase obrera volvió a incrementarse gradualmente, ganando fuerza, sin perder de vista las nuevas condiciones y tareas políticas que le esperaba al movimiento sindical.

Como la política económica y social del gobierno seguía afectando a los trabajadores y a los amplios sectores del pueblo, las acciones y combates del movimiento sindical no se hizo esperar.

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