La historia demuestra que China fue
una de las cuatro principales naciones que combatieron a
los fascistas en la IIGM.
(18 Agosto 2015)
El Frente de China fue abierto realmente mucho antes de iniciarse la II
Guerra Mundial en Europa y se extiende desde el 18 de septiembre de 1931
hasta el 2 de septiembre de 1945, cubriendo todo el territorio de las
actuales República Popular China, la península de Corea y parte de
Mongolia y Myanmar.
El engaño sobre la IIGM que ha hecho el imperialismo norteamericano con su "historia" holliwodense no se ha limitado a la parte del frente europeo, también en lo que respecta al frente del Pacífico y Asia, concretamente a China, la falsificación ha sido inmensa principalmente ocultando la agresión japonesa a esta última.
Cumpliéndose los 70 años de la rendición del Japón en la IIGM, presentamos dos artículos del diario spanish.peopledaily sobre "China y la II Guerra Mundial": uno de reseña de los aportes del papel de China a lo largo de la conflagración y enfoque crítico a la "historiografía" occidental; y el otro, también crítico, de resumen sobre los principales acontecimientos de la misma en China y su trascendencia en los resultados a su conclusión.
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China es un aliado olvidado de la Segunda Guerra Mundial, dice historiador
Actualizado a las 06/08/2015 - 08:40
BEIJING, 5 ago (Xinhua) -- China merece más respeto en el extranjero por su papel de resistencia al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, opinó un historiador chino, cuando el país conmemora el 70° aniversario del final de la guerra.
"El estatus y esfuerzos importantes de China durante la guerra han sido ignorados por el Occidente durante más de 70 años debido a la Guerra Fría. Es injusto que el país no haya recibido el debido respeto y que se haya convertido en un aliado olvidado", escribió Hu Dekun en un artículo publicado hoy en el "Diario Guangming".
Hu, presidente de la Asociación China de Investigación de la Historia de la Segunda Guerra Mundial, subrayó que China fue el principal campo de batalla en Asia y uno de los más importantes durante toda la guerra.
Japón empezó a invadir el noreste de China en septiembre de 1931, presagiando la Segunda Guerra Mundial y convirtiendo a China en el primer país en resistir el fascismo. Cuando empezó el 7 de julio de 1937 la invasión japonesa de escala total, el Kuomintang y el Partido Comunista de China (PCCh) unieron fuerzas, convirtiendo a China en el primer campo de batalla de la resistencia contra el Eje.
Con base en registros de guerra japoneses que describen la sangrienta Batalla de Songhu en 1937, Hu dijo que la resistencia de los soldados y civiles chinos fue "muy fuerte". Ellos soportaron un cerco durante la batalla, en la cual Japón sufrió más de 40.000 bajas.
La firmeza de China frustró la fantasía del enemigo de ganar la guerra en un mes y arrastró a la fuerza principal del ejército japonés a una guerra prolongada y costosa, lo que contuvo la invasión de Japón de otras regiones y alivió las presiones sobre Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética.
El artículo dice que conforme Japón movilizó gradualmente más fuerzas a China, 32 de las 34 divisiones del ejército japonés, ó 94 por ciento de todas sus fuerzas, así como algunas fuerzas navales, terminaron en el campo de batalla de China para 1938, cuando tuvieron lugar batallas de gran escala en el centro de China.
Como la resistencia continuó, el ejército regular del PCCh y la milicia crecieron para superar los 3,1 millones y se convirtieron en la fuerza principal que lanzó contraataques en 1945.
La feroz resistencia china también distrajo enormemente a Japón del campo de batalla del Pacífico, indicó Hu.
En 1942, la Armada japonesa trazó un plan para invadir Australia a fin de impedir que Estados Unidos usara al país como base para lanzar contraataques, pero el ejército japonés, incapaz de transferir una enorme porción de sus fuerzas desde China, rechazó el plan.
Hu dijo que al final de la Guerra del Pacífico, las tropas japonesas en China seguían superando por mucho a las del campo de batalla en el Pacífico.
Con respecto a Europa, Japón, agobiado por la resistencia de China, tuvo que rechazar la solicitud de Alemania de enviar refuerzos en 1942, cuando Alemania estaba sumida en la Batalla de Stalingrado con la Unión Soviética.
Posteriormente, Japón rechazaría múltiples solicitudes similares de Alemania, lo que liberó a la Unión Soviética de la preocupación de ser superada.
"Los esfuerzos de China obligaron a Japón y a Alemania a sostener cada uno batallas de manera independiente y les impidieron cooperar estratégicamente, lo que dio a los Aliados una ventaja", dice el artículo.
Como parte del plan de los Aliados, las tropas chinas también lucharon en Myanmar entre 1943 y 1945 y liberaron el norte del país, así como el área fronteriza de la provincia de Yunnan, suroeste de China, después de un gran número de víctimas.
La carretera que enlazaba a Yunnan y a Myanmar, que fue asegurada por las tropas chinas, después facilitaría enormemente los contraataques de los Aliados en Myanmar.
China mantuvo relaciones diplomáticas con los Aliados a lo largo de la Segunda Guerra Mundial y también desempeñó un papel clave para ayudar a establecer un orden de posguerra, dijo Hu. El historiador citó la Declaración de El Cairo, resultado de la reunión de China, Estados Unidos y Reino Unido en 1943 para demandar la devolución de Japón de todos los territorios que invadió y ofrecer las bases para el manejo de Japón después de su derrota.
En julio de 1945, los tres países emitieron la Proclamación de Potsdam, otro documento jurídico clave para exigir la rendición incondicional de Japón ante los Aliados y acelerar el final de la Segunda Guerra Mundial.
China, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desempeñó un papel clave en la planificación y fundación de la ONU tras la guerra, así como en el trazado de la Carta de las Naciones Unidas en 1945 junto con Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética.
"A pese de ser un país débil en ese entonces, China fue lo suficientemente valiente como para oponerse al poderoso fascismo japonés, mantuvo una resistencia duradera, apoyó con gran fuerza a Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética en sus propias batallas y contribuyó enormemente al establecimiento del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial y a la fundación de organizaciones internacionales. La historia demuestra más allá de cualquier duda que China fue legítimamente una de las cuatro principales naciones que combatieron a los fascistas", concluyó el historiador chino.
Actualizado a las 06/08/2015 - 08:40
BEIJING, 5 ago (Xinhua) -- China merece más respeto en el extranjero por su papel de resistencia al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, opinó un historiador chino, cuando el país conmemora el 70° aniversario del final de la guerra.
"El estatus y esfuerzos importantes de China durante la guerra han sido ignorados por el Occidente durante más de 70 años debido a la Guerra Fría. Es injusto que el país no haya recibido el debido respeto y que se haya convertido en un aliado olvidado", escribió Hu Dekun en un artículo publicado hoy en el "Diario Guangming".
Hu, presidente de la Asociación China de Investigación de la Historia de la Segunda Guerra Mundial, subrayó que China fue el principal campo de batalla en Asia y uno de los más importantes durante toda la guerra.
Japón empezó a invadir el noreste de China en septiembre de 1931, presagiando la Segunda Guerra Mundial y convirtiendo a China en el primer país en resistir el fascismo. Cuando empezó el 7 de julio de 1937 la invasión japonesa de escala total, el Kuomintang y el Partido Comunista de China (PCCh) unieron fuerzas, convirtiendo a China en el primer campo de batalla de la resistencia contra el Eje.
Con base en registros de guerra japoneses que describen la sangrienta Batalla de Songhu en 1937, Hu dijo que la resistencia de los soldados y civiles chinos fue "muy fuerte". Ellos soportaron un cerco durante la batalla, en la cual Japón sufrió más de 40.000 bajas.
La firmeza de China frustró la fantasía del enemigo de ganar la guerra en un mes y arrastró a la fuerza principal del ejército japonés a una guerra prolongada y costosa, lo que contuvo la invasión de Japón de otras regiones y alivió las presiones sobre Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética.
El artículo dice que conforme Japón movilizó gradualmente más fuerzas a China, 32 de las 34 divisiones del ejército japonés, ó 94 por ciento de todas sus fuerzas, así como algunas fuerzas navales, terminaron en el campo de batalla de China para 1938, cuando tuvieron lugar batallas de gran escala en el centro de China.
Como la resistencia continuó, el ejército regular del PCCh y la milicia crecieron para superar los 3,1 millones y se convirtieron en la fuerza principal que lanzó contraataques en 1945.
La feroz resistencia china también distrajo enormemente a Japón del campo de batalla del Pacífico, indicó Hu.
En 1942, la Armada japonesa trazó un plan para invadir Australia a fin de impedir que Estados Unidos usara al país como base para lanzar contraataques, pero el ejército japonés, incapaz de transferir una enorme porción de sus fuerzas desde China, rechazó el plan.
Hu dijo que al final de la Guerra del Pacífico, las tropas japonesas en China seguían superando por mucho a las del campo de batalla en el Pacífico.
Con respecto a Europa, Japón, agobiado por la resistencia de China, tuvo que rechazar la solicitud de Alemania de enviar refuerzos en 1942, cuando Alemania estaba sumida en la Batalla de Stalingrado con la Unión Soviética.
Posteriormente, Japón rechazaría múltiples solicitudes similares de Alemania, lo que liberó a la Unión Soviética de la preocupación de ser superada.
"Los esfuerzos de China obligaron a Japón y a Alemania a sostener cada uno batallas de manera independiente y les impidieron cooperar estratégicamente, lo que dio a los Aliados una ventaja", dice el artículo.
Como parte del plan de los Aliados, las tropas chinas también lucharon en Myanmar entre 1943 y 1945 y liberaron el norte del país, así como el área fronteriza de la provincia de Yunnan, suroeste de China, después de un gran número de víctimas.
La carretera que enlazaba a Yunnan y a Myanmar, que fue asegurada por las tropas chinas, después facilitaría enormemente los contraataques de los Aliados en Myanmar.
China mantuvo relaciones diplomáticas con los Aliados a lo largo de la Segunda Guerra Mundial y también desempeñó un papel clave para ayudar a establecer un orden de posguerra, dijo Hu. El historiador citó la Declaración de El Cairo, resultado de la reunión de China, Estados Unidos y Reino Unido en 1943 para demandar la devolución de Japón de todos los territorios que invadió y ofrecer las bases para el manejo de Japón después de su derrota.
En julio de 1945, los tres países emitieron la Proclamación de Potsdam, otro documento jurídico clave para exigir la rendición incondicional de Japón ante los Aliados y acelerar el final de la Segunda Guerra Mundial.
China, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desempeñó un papel clave en la planificación y fundación de la ONU tras la guerra, así como en el trazado de la Carta de las Naciones Unidas en 1945 junto con Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética.
"A pese de ser un país débil en ese entonces, China fue lo suficientemente valiente como para oponerse al poderoso fascismo japonés, mantuvo una resistencia duradera, apoyó con gran fuerza a Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética en sus propias batallas y contribuyó enormemente al establecimiento del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial y a la fundación de organizaciones internacionales. La historia demuestra más allá de cualquier duda que China fue legítimamente una de las cuatro principales naciones que combatieron a los fascistas", concluyó el historiador chino.
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spanish.peopledaily
El desconocido e importante papel de China en la II Guerra Mundial
Actualizado a las 12/08/2015 - 08:08
Por José Luis Barceló
MADRID, 11 ago (Xinhua) -- El próximo 2 de septiembre se cumple el 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, un acontecimiento que merece nuestra atención especial pues, pese a constituir una fuente importante de investigaciones, no deja de apasionar a generaciones enteras. En este contexto, China tuvo un papel determinante del cual hacen falta más estudios.
Si hay en la historia un acontecimiento que ha marcado el transcurso de generaciones enteras éste ha sido, sin duda alguna, la II Guerra Mundial, del que no se conoce el número definitivo de víctimas totales, que oscilaría entre los 45 millones y los 70 millones de personas, entre civiles y soldados.
Muchos de los soldados eran también civiles al cabo de los seis años de contienda y, en el caso de Alemania, incluso niños.
Es comúnmente reconocido que el país que más pérdidas de vidas humanas arrojó especialmente en la defensa de su propio territorio, fue la Unión Soviética (URSS), un total de más de más de 26 millones de personas entre los casi 9 millones de soldados y los 17 millones de civiles.
Alemania, en su fervorosa ofensiva contra todos, arrojó un total de 7 millones de víctimas, y países que suelen pasar desapercibidos en los relatos de la guerra arrojan cifras catastróficas, como es el caso de Yugoslavia, con casi 2 millones de muertos, o Polonia, con casi 3 millones, de los que 2,5 millones eran civiles.
Pero el caso de China es prácticamente desconocido para la mayor parte de los que se interesan por la II Guerra Mundial. Es cierto que algunos historiadores comienzan a considerar que China entró en "guerra mundial" bastante antes de que fuera declarada el 1 de septiembre de 1939.
Es un caso parecido al de España, cuya Guerra Civil es considerada por la mayor parte de los estudiosos como una especie de "tubo de ensayo" para la gran confrontación entre Rusia y Alemania.
El papel de China en la Guerra de la que ahora se conmemora el final, es un gran desconocido. Aunque ahora no sea creído, murieron en la confrontación 13,5 millones de personas, entre los 10 millones de civiles y los 3,5 millones de soldados.
El Frente de China fue abierto realmente mucho antes de iniciarse la II Guerra Mundial en Europa y se extiende desde el 18 de septiembre de 1931 hasta el 2 de septiembre de 1945, cubriendo todo el territorio de las actuales República Popular China, la península de Corea y parte de Mongolia.
La ignición de dicho frente fue provocada por el Imperio de Japón al invadir Manchuria y luego el resto de China durante el transcurso de la invasión japonesa, siendo cerrado al acabar la contienda mundial por las fuerzas conjuntas de la Unión Soviética y China en 1945.
La historia demuestra que Japón ya apuntaba una inclinación por sus deseos de dominar el Pacífico, siendo el episodio más destacado previo al estallido de la II Guerra Mundial la invasión de China entre 1937 y 1938, que colocaban a Japón en idéntico papel al que desempeñaría durante la Guerra contra la URSS y los Estados Unidos en su control por las costas de Asia y el Océano Pacífico.
China tuvo su papel de ignición en la II Guerra Mundial con la invasión de Manchuria por Japón. En Manchuria se había establecido un estado títere llamado Manchukuo, gobernado nominalmente por el Emperador Puyi, que había sido depuesto de la corona imperial china.
Esta agresión japonesa sería condenada en la Liga de Naciones, y Japón se retiraría del organismo, desafiándolo. Finalmente, en julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco Polo, los nacionalistas chinos por fin decidirían hacerle frente a Japón, y se llevaría a cabo una cruenta guerra no declarada que duraría hasta 1945, justo con el fin de la contienda mundial tras la derrota de Japón.
Después de haber ocupado Pekín y Shanghai, las tropas japonesas se aproximarían a la entonces capital de China, Nankín, tomándola en diciembre de 1937. Lo que siguió a continuación fue uno de los episodios más oscuros de la guerra, ya que las tropas niponas se entregaron a una orgía de matanzas y violaciones por seis semanas.
De acuerdo con el Tribunal de Guerra de Tokio, murieron unas 100.000 personas a manos de las tropas comandadas por el general Iwane Matsui, pero distintas fuentes hacen llegar la cifra hasta 200.000.
La ofensiva japonesa continuaría hasta octubre de 1938. El gobierno nacionalista se refugiaría en Chongqing, donde pasaría el resto de la guerra, mientras que los sobrevivientes del Partido Comunista de China, al mando de Mao Zedong, se fortalecerían en Yan'an.
Una inundación provocada del río Amarillo y la persistencia china a no rendirse a pesar de las derrotas, frustraron a los generales japoneses, que regresarían a Manchuria, con el objetivo de acabar con la influencia rusa en la región de una vez por todas.
Japón tenía en 1938 dos frentes abiertos: el del control de China y la guerra contra las posiciones rusas. Los generales nacionalistas japoneses detendrían en seco su avance en Mongolia, protegida por la Unión Soviética, tras la batalla de Jaljin Gol, manteniéndose como una guerra no declarada, con el objetivo de no involucrar a otras potencias en el conflicto.
La batalla empezó el 11 de mayo de 1939, cuando unidades de caballería de Mongolia cruzaron la no definida frontera con Manchukuo. Los japoneses los expulsaron, pero dos días después las tropas mongoles regresaron con refuerzos, lo que atrajo más y más tropas de ambos bandos.
Stalin ordenó a un joven general, Gueorgui Zhúkov, que se hiciera cargo de la situación. A mediados de agosto de 1939, Zhukov logró romper las líneas enemigas y rodeó a dos divisiones completas. Ante la negativa japonesa de rendirse, fueron completamente destruidas y Japón solicitó inmediatamente el cese de hostilidades, firmándose dos años después el Pacto de Neutralidad entre ambas naciones.
Fue a partir de este momento cuando la influencia del Ejército Imperial Japonés en el gobierno decayó, favoreciéndose a la Armada Imperial, que deseaba una expansión hacia las colonias europeas del sur. Este cambio de curso llevaría a Japón a chocar de frente con la esfera de influencia de otro gigante: Estados Unidos, que asistiría a China con una fuerza aérea secreta llamada los Tigres Voladores, y que impuso poco después un bloqueo económico a Japón.
Esta política estadounidense llevó finalmente a Japón a atacar a los Estados Unidos dos años y medio después de la batalla contra la Unión Soviética. La victoria del general Zhukov en Mongolia sería una de las muchas que lo convertirían el principal general del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
China perdió unos 3,22 millones de combatientes en la guerra con Japón y se estima que entre 10 y 17,4 millones de civiles murieron en el conflicto, aunque un poco menos de la mitad no murió durante una batalla, sino en asesinatos masivos. No se sabe con seguridad cuántos japoneses murieron en China, pero la cifra suele situarse entre 1 millón y 1,7 millones de combatientes.
Por su parte, los soviéticos perdieron menos de 20.000 soldados en Manchuria entre 1939 y 1945. La cifra japonesa de bajas en estos encuentros contra la Unión Soviética fue muy superior.
Un escenario, el de China, es bastante desconocido y merece un acercamiento inteligente. La distancia en la historia nos puede permitir cierta objetividad. Cabría esperar que los estudiosos avancen sobre el papel real que tuvo China en la II Guerra Mundial y los efectos de una participación silenciosa que, probablemente, habrá sido más decisiva de lo que hasta ahora haya podido pensarse en el frente asiático de la II Guerra Mundial.
José Luis Barceló es periodista, Diplomado en Historia Militar por el Instituto de Historia y Cultura Militar del Ministerio de Defensa. Actualmente es director general del diario digital El Mundo Financiero.
El desconocido e importante papel de China en la II Guerra Mundial
Actualizado a las 12/08/2015 - 08:08
Por José Luis Barceló
MADRID, 11 ago (Xinhua) -- El próximo 2 de septiembre se cumple el 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, un acontecimiento que merece nuestra atención especial pues, pese a constituir una fuente importante de investigaciones, no deja de apasionar a generaciones enteras. En este contexto, China tuvo un papel determinante del cual hacen falta más estudios.
Si hay en la historia un acontecimiento que ha marcado el transcurso de generaciones enteras éste ha sido, sin duda alguna, la II Guerra Mundial, del que no se conoce el número definitivo de víctimas totales, que oscilaría entre los 45 millones y los 70 millones de personas, entre civiles y soldados.
Muchos de los soldados eran también civiles al cabo de los seis años de contienda y, en el caso de Alemania, incluso niños.
Es comúnmente reconocido que el país que más pérdidas de vidas humanas arrojó especialmente en la defensa de su propio territorio, fue la Unión Soviética (URSS), un total de más de más de 26 millones de personas entre los casi 9 millones de soldados y los 17 millones de civiles.
Alemania, en su fervorosa ofensiva contra todos, arrojó un total de 7 millones de víctimas, y países que suelen pasar desapercibidos en los relatos de la guerra arrojan cifras catastróficas, como es el caso de Yugoslavia, con casi 2 millones de muertos, o Polonia, con casi 3 millones, de los que 2,5 millones eran civiles.
Pero el caso de China es prácticamente desconocido para la mayor parte de los que se interesan por la II Guerra Mundial. Es cierto que algunos historiadores comienzan a considerar que China entró en "guerra mundial" bastante antes de que fuera declarada el 1 de septiembre de 1939.
Es un caso parecido al de España, cuya Guerra Civil es considerada por la mayor parte de los estudiosos como una especie de "tubo de ensayo" para la gran confrontación entre Rusia y Alemania.
El papel de China en la Guerra de la que ahora se conmemora el final, es un gran desconocido. Aunque ahora no sea creído, murieron en la confrontación 13,5 millones de personas, entre los 10 millones de civiles y los 3,5 millones de soldados.
El Frente de China fue abierto realmente mucho antes de iniciarse la II Guerra Mundial en Europa y se extiende desde el 18 de septiembre de 1931 hasta el 2 de septiembre de 1945, cubriendo todo el territorio de las actuales República Popular China, la península de Corea y parte de Mongolia.
La ignición de dicho frente fue provocada por el Imperio de Japón al invadir Manchuria y luego el resto de China durante el transcurso de la invasión japonesa, siendo cerrado al acabar la contienda mundial por las fuerzas conjuntas de la Unión Soviética y China en 1945.
La historia demuestra que Japón ya apuntaba una inclinación por sus deseos de dominar el Pacífico, siendo el episodio más destacado previo al estallido de la II Guerra Mundial la invasión de China entre 1937 y 1938, que colocaban a Japón en idéntico papel al que desempeñaría durante la Guerra contra la URSS y los Estados Unidos en su control por las costas de Asia y el Océano Pacífico.
China tuvo su papel de ignición en la II Guerra Mundial con la invasión de Manchuria por Japón. En Manchuria se había establecido un estado títere llamado Manchukuo, gobernado nominalmente por el Emperador Puyi, que había sido depuesto de la corona imperial china.
Esta agresión japonesa sería condenada en la Liga de Naciones, y Japón se retiraría del organismo, desafiándolo. Finalmente, en julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco Polo, los nacionalistas chinos por fin decidirían hacerle frente a Japón, y se llevaría a cabo una cruenta guerra no declarada que duraría hasta 1945, justo con el fin de la contienda mundial tras la derrota de Japón.
Después de haber ocupado Pekín y Shanghai, las tropas japonesas se aproximarían a la entonces capital de China, Nankín, tomándola en diciembre de 1937. Lo que siguió a continuación fue uno de los episodios más oscuros de la guerra, ya que las tropas niponas se entregaron a una orgía de matanzas y violaciones por seis semanas.
De acuerdo con el Tribunal de Guerra de Tokio, murieron unas 100.000 personas a manos de las tropas comandadas por el general Iwane Matsui, pero distintas fuentes hacen llegar la cifra hasta 200.000.
La ofensiva japonesa continuaría hasta octubre de 1938. El gobierno nacionalista se refugiaría en Chongqing, donde pasaría el resto de la guerra, mientras que los sobrevivientes del Partido Comunista de China, al mando de Mao Zedong, se fortalecerían en Yan'an.
Una inundación provocada del río Amarillo y la persistencia china a no rendirse a pesar de las derrotas, frustraron a los generales japoneses, que regresarían a Manchuria, con el objetivo de acabar con la influencia rusa en la región de una vez por todas.
Japón tenía en 1938 dos frentes abiertos: el del control de China y la guerra contra las posiciones rusas. Los generales nacionalistas japoneses detendrían en seco su avance en Mongolia, protegida por la Unión Soviética, tras la batalla de Jaljin Gol, manteniéndose como una guerra no declarada, con el objetivo de no involucrar a otras potencias en el conflicto.
La batalla empezó el 11 de mayo de 1939, cuando unidades de caballería de Mongolia cruzaron la no definida frontera con Manchukuo. Los japoneses los expulsaron, pero dos días después las tropas mongoles regresaron con refuerzos, lo que atrajo más y más tropas de ambos bandos.
Stalin ordenó a un joven general, Gueorgui Zhúkov, que se hiciera cargo de la situación. A mediados de agosto de 1939, Zhukov logró romper las líneas enemigas y rodeó a dos divisiones completas. Ante la negativa japonesa de rendirse, fueron completamente destruidas y Japón solicitó inmediatamente el cese de hostilidades, firmándose dos años después el Pacto de Neutralidad entre ambas naciones.
Fue a partir de este momento cuando la influencia del Ejército Imperial Japonés en el gobierno decayó, favoreciéndose a la Armada Imperial, que deseaba una expansión hacia las colonias europeas del sur. Este cambio de curso llevaría a Japón a chocar de frente con la esfera de influencia de otro gigante: Estados Unidos, que asistiría a China con una fuerza aérea secreta llamada los Tigres Voladores, y que impuso poco después un bloqueo económico a Japón.
Esta política estadounidense llevó finalmente a Japón a atacar a los Estados Unidos dos años y medio después de la batalla contra la Unión Soviética. La victoria del general Zhukov en Mongolia sería una de las muchas que lo convertirían el principal general del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
China perdió unos 3,22 millones de combatientes en la guerra con Japón y se estima que entre 10 y 17,4 millones de civiles murieron en el conflicto, aunque un poco menos de la mitad no murió durante una batalla, sino en asesinatos masivos. No se sabe con seguridad cuántos japoneses murieron en China, pero la cifra suele situarse entre 1 millón y 1,7 millones de combatientes.
Por su parte, los soviéticos perdieron menos de 20.000 soldados en Manchuria entre 1939 y 1945. La cifra japonesa de bajas en estos encuentros contra la Unión Soviética fue muy superior.
Un escenario, el de China, es bastante desconocido y merece un acercamiento inteligente. La distancia en la historia nos puede permitir cierta objetividad. Cabría esperar que los estudiosos avancen sobre el papel real que tuvo China en la II Guerra Mundial y los efectos de una participación silenciosa que, probablemente, habrá sido más decisiva de lo que hasta ahora haya podido pensarse en el frente asiático de la II Guerra Mundial.
José Luis Barceló es periodista, Diplomado en Historia Militar por el Instituto de Historia y Cultura Militar del Ministerio de Defensa. Actualmente es director general del diario digital El Mundo Financiero.
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