domingo, 5 de julio de 2015

Historia: Estudiar y comparar colapso URSS vs colapso USA actual (05 Jul 2015)

Origen, desarrollo y desaparición de la Unión Soviética.
(05 Julio 2015)

 La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue el más grande resultado y creación de la Revolución Proletaria de 1917 en Rusia. Su ejemplo permanecerá en la historia y memoria de la Humanidad. Sus gestores el pueblo ruso y soviético con sus líderes Lenin y Stalin.

 Hoy el estudio de la URSS se hace tanto más necesario para comprender la situación actual internacional como para comparar su derrumbamiento con el de EE.UU, que se está produciendo. 

 Ya en un artículo anterior habíamos señalado la trascendencia de la Revolución de Octubre en el mundo y su repercusión en los años 20 del siglo XX. Precisamente la elaboración de las constituciones de las repúblicas soviéticas corrió a cargo del Comisariado de las Nacionalidades bajo responsabilidad de J. Stalin y la declaración taxativa del derecho a la autodeterminación de las Repúblicas Soviéticas -pues ésto es un principio marxista y no una declaración formal ni menos demagógica- que está acorde con la ley histórica de la aglutinación de los pueblos y naciones en torno a un poder revolucionario y su separación y secesión ante un poder reaccionario.

 En los años 40 los pueblos soviéticos en la URSS dán otro ejemplo de sacrificio revolucionario al enfrentar al imperialismo hitleriano y derrotarlo a partir de Moscú y Stalingrado. Este otro hecho épico también constituye una clarinada a los pueblos del mundo para pasar otra vez a la ofensiva contra la reacción mundial, produciéndose esa otra gran oleada revolucionaria antifascista mundial en esa década prolongándose hasta los cincuenta. 

 Esa segunda oleada revolucionaria del siglo XX se hubiera prolongado mucho más de no haber sido por la traición que se produjo, luego de la muerte de J. Stalin, en el seno del Partido y de la misma URSS por la camarilla jruschovista que con el golpe de estado de 1956 en el XX congreso del PCUS inicia un cambio en el carácter del estado proletario revolucionario sustituyéndolo por el poder jerárquico impuesto por esa pandilla socialfascista.

 Eso es lo principal que hay que entender sobre la historia de la URSS para comprender el papel de la misma a partir de ese momento del golpe jruschovista pues ya no representa los intereses revolucionarios proletarios y de libertad de los pueblos sino los de dicha camarilla golpista que se constituye en un grupo socialimperialista dominante que oprime al pueblo soviético y pasará a ser un opresor de los pueblos del mundo en competencia con la otra superpotencia imperialista de occidente.

 La tercera oleada revolucionaria en el mundo ya no se produce en la URSS con la confusión creada por el golpe jruschovista. Esa tercera ola revolucionaria de fines de los años 60 se inicia contra el imperialismo norteamericano con la ofensiva del Tet en la Guerra de Vietnam que significa otra clarinada revolucionaria de los pueblos del mundo y que se prolonga hasta la década del 70 determinando la retirada en derrota de los EE.UU. de Vietnam y un gran avance de los pueblos del mundo.

 Pero nuevamente, en la cuarta oleada revolucionaria mundial, es en los pueblos ruso, soviético y los de Europa oriental en los que se produce un levantamiento revolucionario que tiene repercusiones mundiales y es justamente contra esa camarilla dominante en la URSS.

 A fines de los 80 estando en una honda crisis económica el estado socialimperialista de la URSS no puede mantener la sujeción de los estados vasallos del Pacto de Varsovia -su arma de dominación imperialista en Europa- y éste colapsa deviniendo en una acción centrífuga de sus conformantes. La misma ley histórica que determina la fuga de los estados vasallos del Pacto de Varsovia actúa también en la propia URSS y sus estados conformantes también se independizan de la sujesión de la camarilla socialfascista basandose legalmente en la propia constitución soviética dictada por Stalin.

 Estos hechos históricos es necesario estudiarlos detenidamente pues los hechos actuales de la situación política internacional que presenta una crisis económica profunda del imperialismo norteamericano asi como su debilidad política y diplomática internacional se asemejan mucho a los ocurridos con el derrumbamiento del socialimperialismo soviético a fines de los 80 e inicios de los 90  del siglo pasado. Es necesario compararlos, ver sus semejanzas y diferencias, para explicarlos y saber actuar ante ellos. Los grupos revolucionarios deben prepararse ideológica, política y organizativamente para afrontar los hechos que se avecinan.

 Aquí presentamos cuatro documentos sacados de rusopedia que nos servirán para dicho objetivo. Los hechos ocurren en los años 80 y comienzos de los 90; los personajes: el pueblo ruso, el soviético y los de Europa del este, los dirigentes del PCUS M. Gorbachov, B. Yeltsin y los miembros del "golpe de agosto".


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LA DISOLUCIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

 
 Corbis / RT

El ocho de diciembre de 1991 los líderes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania (Borís Yeltsin, Stanislav Shushkevich y Leonid Kravchuk respectivamente), firmaron un documento cuyo contenido principal está recogido en su preámbulo: “La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas deja de existir como sujeto de Derecho Internacional y realidad geopolítica”.

Formado en 1922 sobre las ruinas del antiguo Imperio ruso, aunque sin Finlandia y parte de Polonia, el nuevo Estado fue percibido como el sucesor del enorme feudo de los Románov. Durante casi setenta años ningún ciudadano de la URSS se dejó engañar por la frase “con derecho a la autodeterminación, incluso la secesión” que figuraba en la Carta Magna de la URSS, dándola por simple retórica. Todo estaba claro: de ahí no se separaba ni se “autodeterminaba” por su propia voluntad ni un solo metro cuadrado.

El coloso parecía eterno y ni siquiera el tremendo cataclismo de la invasión alemana de 1941 pudo quebrantar su poderío militar.

Sin embargo, el ocho de diciembre de 1991 los líderes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, ex repúblicas de la URSS de población eslava, se reunieron en el coto natural de Belovézhskaya Puscha para firmar un acuerdo que pusiera fin a la Unión Soviética y establecer la Comunidad de Estados Independientes (CEI), inicialmente percibida por muchos habitantes de la URSS como el mismo perro con distinto collar.

Pero muy pronto se dieron cuenta de que no era así. El veinte de diciembre el jefe de un Estado que ya no existía, Mijaíl Gorbachov, renunció a la Presidencia de la Unión Soviética y declaró la disolución de la misma.

Antecedentes

La firma del acuerdo de disolución de la URSS fue la culminación de una época convulsa llena de cambios. En medio del total fracaso de las reformas económicas y políticas de Gorbachov, la URSS se había visto sumida en un verdadero caos económico que pronto desembocó en una crisis política. Las repúblicas del enorme país se fueron declarando independientes una tras otra. El presidente Gorbachov y sus partidarios en el Partido Comunista y el Gobierno intentaron preservar la unidad del país mediante la firma de algún acuerdo capaz de prevenir una desintegración caótica y unir los pueblos que formaban parte del Estado en una confederación de Estados soberanos a la manera de la Unión Europea.

Para el veinte de agosto de 1991 había sido anunciada la firma del nuevo Tratado de la Unión. La URSS se convertiría en un Estado federativo compuesto por repúblicas soberanas con poderes mucho más amplios. Anteriormente, el diecisiete de marzo de 1991, en el país se había celebrado un plebiscito y el 76 % de los participantes se había pronunciado a favor de la preservación de la “Unión renovada” (tal fue la fórmula que se utilizó en la papeleta de votación).

Sin embargo, el día tres de marzo la república de Lituania ya había declarado su independencia; también el tres de marzo se habían pronunciado los habitantes de Letonia a favor de separarse de la URSS y el nueve de abril se celebró el plebiscito en la república de Georgia. Los georgianos votaron a favor de separarse de la URSS. Las demás repúblicas también estaban a punto de declararse independientes de las autoridades centrales de Moscú.

No obstante, la cúpula gobernante del Comité Central del Partido Comunista y del Gobierno de la URSS continuaba profesando ideas conservadoras y sentían inseguridad personal ante el futuro. El ala conservadora con ayuda del KGB procedió a los preparativos de la destitución del presidente de la URSS.

El intento de golpe de Estado fue emprendido en las primeras horas de la mañana del diecinueve de agosto de 1991. Por la televisión y la radio soviéticas se leyó el mensaje de un nuevo organismo de poder estatal: el Comité Estatal de Situación de Emergencia. Se suspendieron las actividades de todos los partidos políticos y en Moscú y en otras ciudades importantes entraron las tropas.

El mismo día, a las nueve de la mañana, el presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR, por sus siglas en ruso), Borís Yeltsin, transmitió un mensaje a los ciudadanos del país en el que calificaba la situación de “golpe de Estado reaccionario”. Yeltsin convocó una huelga general.

Gracias a la negativa de los militares y los comandos especiales de los servicios secretos, la intentona golpista fracasó pero sirvió de catalizador para los movimientos separatistas en las repúblicas que integraban la URSS. En el período del veinticuatro de agosto al dieciséis de diciembre se declararon independientes casi todas las repúblicas de la Unión Soviética.

Una de las primeras consecuencias de semejante golpe de timón de la historia del siglo XX fue la caída del orden mundial bipolar constituido por los Estados del Pacto de Varsovia, por una parte, y por los de la OTAN, por la otra.

Sin duda, la galopante historia de los años anteriores al derrumbe de la URSS y, sobre todo, la caída del muro de Berlín, no pudieron sino causar grietas en los muros del Kremlin. Sin embargo, los partidarios del primer presidente ruso, Borís Yeltsin, y los reformadores actuales mantienen que los acuerdos de Belovézhskaya Puscha fueron una inevitable formalidad dada la imposibilidad de conservar el Estado.

Otros siguen argumentando que el 76 % de los habitantes de las nueve repúblicas soviéticas donde se celebró el referendo se pronunciaron a favor de mantener la URSS y fueron los líderes del país los que no pudieron o no quisieron salvaguardarlo.


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Borís Yeltsin

Borís Yeltsin fue el primer presidente de la Federación de Rusia y entró en la historia como un político que cambió el rumbo del desarrollo de su país. Los ocho años de la presidencia de Yeltsin (primer mandato de 1991 a 1996, segundo mandato de 1996 a 1999) fueron un periodo bastante difícil para Rusia, cuando el país inició el complicado camino de transición del sistema socialista hacia la economía de mercado.

Juventud y comienzo de la carrera política

Yeltsin nació el 1 de febrero de 1931 en la aldea de Butka, en la provincia de Sverdlovsk (actualmente Ekaterimburgo), en la región de los montes Urales de la URSS. Su padre trabajaba de obrero de la construcción y su madre de costurera. En su infancia y adolescencia, Boris se destacaba por un carácter aventurero. Era conocido como revoltoso y se implicaba a menudo en peleas y riñas. Una de sus “aventuras” le dejó sin dos dedos en la mano izquierda: cuando le explotó una granada que trataba de desarmar para conocer su estructura.

Ya desde su infancia Yeltsin tenía rasgos de líder. “Se distinguía entre nosotros. En él se sentía cierto carisma, talento de organizador, era líder por nacimiento”, recuerda Serguéi Molchánov, compañero de clase de Yeltsin. En la escuela Borís era el capitán del equipo de voleibol de su clase y, según afirman sus compañeros, era el mejor jugador. Practicaba deportes la mayor parte de su vida y, aún siendo Presidente, era aficionado al tenis, impulsando esta modalidad deportiva en todo el país.

En la escuela secundaria Yeltsin no tuvo problemas con los estudios, pero sí desacuerdos con algunos de sus profesores. En varias biografías se menciona el caso de cuando fue expulsado de la escuela por un conflicto con una profesora que obligaba a sus alumnos a trabajar en su huerto, pero luego fue restablecido y terminó sus estudios con muy buenas notas. Obtuvo la educación superior en el Instituto Politécnico de los Urales, donde permaneció desde 1950 hasta 1955.

Un año después de su graduación Yeltsin se casó con Naína Guírina, con quien vivió en matrimonio hasta su muerte. En 1957 nació su primera hija, Elena, y tres años más tarde, la segunda, Tatiana. En su libro de memorias "Maratón presidencial", Yeltsin dedicó muchas páginas a su esposa. “No le gustaba aparecer en público, pero la gente sentía su modestia y humanismo en las pocas entrevistas que concedía a la televisión y en sus raras apariciones en público cuando me acompañaba”.

Yeltsin comenzó su carrera como ingeniero y maestro de obras en diversos proyectos de construcción en la provincia de Sverdlovsk. “Borís hizo carrera rápidamente. Pasaron solo algunos años después de la universidad, y ya era ingeniero en jefe de una gran empresa de construcción”, señala Serguéi Molchánov.

En 1968 Yeltsin decidió cambiar el rumbo de su carrera y se afilió al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). En 1976 ocupó el cargo de primer secretario del comité regional del Partido Comunista o, prácticamente, del máximo funcionario de poder en la provincia de Sverdlovsk.

Traslado a Moscú, camino hacia la cumbre del poder

En marzo de 1985, Mijaíl Gorbachov fue elegido Secretario General del CC del PCUS y anunció el rumbo de reformas con el objetivo de reorganizar y modernizar el sistema político y económico del país. Este periodo entró luego en la historia bajo el nombre Perestroika, que literalmente significa “reforma”. En ese tiempo se realizaron grandes cambios administrativos y muchos altos funcionarios fueron reemplazados. Yeltsin se trasladó a Moscú y en diciembre de 1985 encabezó el Comité de Moscú del Partido Comunista, una de las organizaciones de base más numerosas e influyentes del PCUS.

Una vez en el puesto, Yeltsin introdujo varios e importantes cambios en el sistema de dirección de la capital: comenzó una activa lucha contra la corrupción, introdujo la prohibición de demoler edificios históricos en la capital y empezó a diseñar un nuevo plan de desarrollo de Moscú. Además, inició la lucha contra los privilegios de los altos funcionarios. Inspeccionaba tiendas y almacenes en persona y usaba transporte público para movilizarse por la ciudad, lo que aumentó su popularidad entre los moscovitas.

En octubre de 1987 en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética Yeltsin criticó fuertemente la actividad del Presidente Mijaíl Gorbachov, declarando que el proceso de la Perestroika se desarrollaba de una manera demasiado lenta y que incluso empezaba a formarse un “culto a la personalidad” de Gorbachov. Perdió su puesto en el Comité de Moscú, pero no abandonó la política.

Durante varios meses el conflicto entre Yeltsin y Gorbachov fue el centro de las noticias de todo el país. Algunos simpatizaban con el curso más radical de Yeltsin, a otros les gustaban más los pasos cautelosos de Gorbachov. Sin embargo, a pesar de todas esas divergencias entre dos políticos, tanto Yeltsin como Gorbachov querían reformar el viejo sistema socialista y tenían planes liberales para el futuro desarrollo del país.

El analista político estadounidense y autor de varios libros sobre Rusia, Strobe Talbott, opinó en una entrevista que las divergencias entre Yeltsin y Gorbachov se debieron a una rivalidad personal y a diferentes opiniones sobre la rapidez de la realización de las reformas. “Pero la diferencia principal consistió en que Gorbachov no intentaba jugar el papel principal en la desintegración de la URSS y del PCUS. Él quería reformar, pero no desintegrar”, señala Talbott.

En 1989 en Moscú se celebró el primer Congreso de Diputados del Pueblo de la URSS, el nuevo órgano supremo legislativo del país formado tras los primeros comicios libres en la nación. Yeltsin fue elegido diputado del pueblo de la URSS en representación de Moscú al recibir un 91,53% de votos a su favor. Aunque el Congreso no le eligió como miembro del Soviet Supremo de la URSS, uno de los diputados rechazó su mandato a favor de Yeltsin.

Golpe de Agosto y el fin de la URSS

En junio de 1991 se celebraron las elecciones a presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR, por sus siglas en ruso), la mayor república de la URSS. El puesto de Presidente de la RSFSR fue creado tras un referéndum celebrado el 17 de marzo de 1991. En esos comicios Yeltsin ganó al obtener el 57,3% de los votos.

Eran las primeras elecciones populares de un presidente en la historia del país. Mijaíl Gorbachov fue elegido presidente de la URSS por el Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética el 15 de marzo de 1990 y no por sufragio nacional.

“Es imposible expresar con palabras el estado espiritual que vivo en estos momentos. Por primera vez en la milenaria historia de Rusia un presidente pronuncia un juramento ante sus compatriotas. No hay ningún honor más alto, no hay ningún puesto más alto para ser elegido por los ciudadanos”, dijo Yeltsin en su primer discurso presidencial tras el juramento.

La primera prueba para Yeltsin en su nuevo cargo fue el intento de Golpe de Estado contra el presidente Gorbachov en agosto de 1991. Fue preparado por los miembros del autoproclamado Comité Estatal de Situación de Emergencia (GKChP, por sus siglas en ruso).

El 19 de agosto, cuando Gorbachov estaba de vacaciones en Crimea, este Comité anunció el estado de emergencia en el país y la suspensión temporal del Presidente a causa de presuntos problemas de salud. Los golpistas tenían bajo su mando varias divisiones militares y no tardaron en usarlas. En las calles de la capital aparecieron tanques y vehículos blindados, mientras que Gorbachov quedó bajo arresto domiciliario en Crimea.

En esta complicada situación Yeltsin logró consolidar la resistencia popular a los golpistas y exhortó a la población a que defendiera las libertades democráticas. Decenas de miles de personas salieron a las calles de Moscú expresándose contra las actividades de GKChP. Yeltsin logró convocar manifestaciones populares para convencer a las tropas rebeldes de no apoyar el golpe y pronunció su memorable discurso desde la torreta de un tanque frente a la Casa Blanca en el centro de Moscú (para más información vea nuestro reportaje especial "Parlamento nacido entre pugnas").

El 22 de agosto los organizadores del golpe fueron arrestados y Mijaíl Gorbachov volvió a Moscú. Sin embargo, para ese momento su popularidad se había reducido. Por un lado, la pasividad de Gorbachov durante el conflicto, por otro, la conducta más que decidida de Yeltsin, que consiguió reprimir el golpe de estado, “desviaron” la simpatía del pueblo hacia este último. Gorbachov perdió su influencia y sus posiciones políticas resultaron vulneradas. “Fue una difícil y tensa batalla para frenar el golpe, en la que Yeltsin, objetivamente, jugó un importante papel. Y luego comenzó a sacar los frutos de los acontecimientos de agosto”, recordó Mijail Gorbachov.

“Luchando por la democracia, la libertad en aquel agosto, las personas lucharon también por su Patria, para ellos eso era más importante que su propia vida”, recuerda Yeltsin en su libro de memorias "Notas del Presidente", publicada en 1994. “Comenzaba otra época, una época vaga y confusa, que forzaba a buscar decisiones en situaciones críticas, en punto muerto. Una época que aún hará recordar el tiempo transparente de las tareas exactas y las ideas claras que terminó el 21 de agosto de 1991”.

Para el fin del año 1991 casi todas las repúblicas soviéticas proclamaron su independencia de la URSS. El 8 de diciembre Yeltsin junto con el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk y el líder de Bielorrusia, Stanislav Shushkevich en la reserva natural de Belovezhskaya Puscha, territorio bielorruso, firmaron el histórico Tratado de Belovezh. Este documento marcó la desintegración oficial de la Unión Soviética y estableció en su lugar la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El 25 de diciembre, Gorbachov anunció públicamente su dimisión como Presidente de la URSS, poniendo fin a la época soviética.

Primer mandato presidencial (1991 – 1996)

Tras la dimisión de Gorbachov y la disolución oficial de la Unión Soviética, la RSFSR fue renombrada Federación de Rusia. Una de las principales tareas de Yeltsin como Presidente era elaborar un nuevo sistema económico para sustituir el viejo modelo socialista, que había caído en una profunda crisis.

La baja de los precios de petróleo, los enormes gastos para la guerra en Afganistán (más información en nuestro reportaje especial "Afganistán: una vorágine circular"), así como los costos del sistema de la regulación estatal de la economía – todo esto contribuyó al significativo empeoramiento de la economía rusa. Para salvar la situación Yeltsin decidió impulsar una serie de reformas económicas, las más drásticas en la historia moderna de Rusia, conocidas como “terapia de choque”. Las reformas fueron llevadas a cabo por el joven economista Yegor Gaidar.

Estas medidas significaron el fin del control estatal de los precios, grandes recortes en el gasto público y la apertura de la economía rusa al comercio exterior. Las reformas tan fuertes y duras inmediatamente bajaron la calidad de vida de la gran mayoría de la población rusa, especialmente de los sectores, que durante la época soviética, habían sido dotados por el Estado. Rusia comenzó a sufrir una de las más graves recesiones económicas en su historia.

Los cambios radicales, iniciados por el gobierno de Yeltsin, continúan provocando una oleada de discusiones y críticas tanto entre economistas, como entre ciudadanos rusos. Por una parte, las reformas causaron una grave crisis económica y condujeron a una enorme inflación y desempleo en todo el país. Por otra parte, se creó la base del nuevo sistema de la economía rusa.

Otro reto importante que tuvo que afrontar Yeltsin en su primer mandato presidencial fue la crisis constitucional de 1993. Los miembros del Congreso de los Diputados del Pueblo y del Soviet Supremo criticaron a Yeltsin por las drásticas reformas económicas y por el proyecto de la nueva Constitución que fortalecía el poder presidencial y limitaba los poderes del parlamento. El 21 de septiembre Yeltsin decretó la disolución del poder legislativo, contradiciendo la Constitución.

El Soviet rechazó el decreto presidencial y aprobó la destitución del Presidente Yeltsin. Luego los diputados se encerraron en la Casa Blanca -sede del parlamento-. Pronto fueron privados de electricidad y agua potable. Paralelamente los partidarios de los diputados comenzaron a construir barricadas en las calles de Moscú bloqueando el tráfico. El 2 y 3 de octubre los enfrentamientos entre los partidarios de Yeltsin y los defensores del Soviet alcanzaron su apogeo.

El 3 de octubre los partidarios de los diputados se tomaron la alcaldía de Moscú y se dirigieron hacia la torre nacional de televisión Ostánkino, donde se produjo un fuerte enfrentamiento con los militares y policías leales a Yeltsin. La situación en la capital se ponía más y más tensa y el día siguiente el depuesto Presidente ordenó tomar la Casa Blanca por la fuerza. Varios tanques, que fueron estacionados en los alrededores, abrieron fuego contra el edificio. Algunos legisladores se rindieron, pero los líderes de los opositores – el Vicepresidente Alexander Rutskoy y el Presidente del Soviet Supremo Ruslán Jasbulátov – no se rindieron y permanecieron en la sede del parlamento hasta que fueron arrestados y trasladados a la cárcel Lefórtovo. La sede del parlamento sufrió serios daños a causa del incendio.

Este conflicto político sucedido en Moscú fue el más grave desde la Revolución bolchevique de octubre de 1917. Según los datos oficiales, los enfrentamientos callejeros de octubre de 1993 dejaron más de 150 muertos y alrededor de 380 heridos.

Años después, muchos políticos y analistas opinaron que durante esta grave crisis política Yeltsin hizo todo lo posible para salvar el país de una anarquía y de la desintegración. “Disparar contra un parlamento siempre es una tragedia histórica. Pero el octubre del 1993 conllevó a la aprobación de una nueva Constitución que proclamó una persona, sus derechos y libertades como el principal valor”, -dijo Guennadi Burbúlis, ex secretario de Estado de Rusia y uno de los principales aliados de Yeltsin.

El siguiente reto para el Presidente fue la complicada situación en la república norcaucásica rusa de Chechenia, donde comenzaron a surgir tendencias separatistas y extremistas. En octubre de 1991 el líder de Chechenia, Dzhojar Dudáyev, proclamó la independencia de la República Chechena de Ichkeria, que no fue reconocida ni por Rusia, ni por ningún otro país del mundo. En diciembre de 1994 las autoridades rusas tomaron la decisión de comenzar una campaña antiterrorista en la república que pronto se convertiría en un enfrentamiento duradero y sangriento entre los extremistas y las fuerzas federales.

“Los ciudadanos rusos, espantados por las tentativas de los golpes de Estado, no querían conflictos. Pero Dudáyev amenazaba a Rusia, la chantajeaba con actos terroristas, explosiones en instalaciones militares, estaciones nucleares. Una persona que hace tales declaraciones no puede ser el sujeto de negociaciones”, -recordaba Yeltsin en su libro "Maratón presidencial".

Efectivamente, los extremistas chechenos llevaron a cabo varios actos terroristas. En 1995, entre el 14 y 19 de junio, 195 terroristas, encabezados por Shamil Basáyev, tomaron a más de 1500 rehenes en la ciudad de Budyonnovsk en la región de Stávropol (sur de Rusia). Los rehenes fueron llevados a un hospital de la ciudad. Las fuerzas de seguridad trataron de tomar el edificio por asalto, pero el operativo fracasó. Como resultado, 129 personas murieron y cerca de 400 recibieron heridas. Tras tensas negociaciones los rehenes fueron liberados, pero los terroristas lograron escapar.

Otro grave atentado tuvo lugar al año siguiente en la ciudad de Kizlyar, en la república norcaucásica rusa de Daguestán. El 9 de enero de 1996 un numeroso grupo terrorista atacó la ciudad, tomo a más de 3700 rehenes y se enfrentó con las fuerzas de seguridad locales. Al igual que un año atrás en Budуonnovsk, esta vez los rehenes también fueron reunidos en un hospital. Luego los terroristas intentaron volver al territorio de Chechenia, pero fueron detenidos en la localidad de Pervomáyskoye. Una serie de sangrientos enfrentamientos con los terroristas dejó 78 muertos y centenas de heridos entre militares, policías y civiles.

Varias veces los terroristas emprendieron fuertes ataques contra la ciudad de Grozni, la capital de Chechenia. El primer ataque tuvo lugar entre el 6 y 8 de marzo de 1996. Aunque los separatistas no lograron tomar la ciudad bajo su control, hubo un cruel enfrentamiento que acabó con la vida de 70 militares y policías rusos.

El 21 de abril de 1996 las autoridades rusas por fin lograron aniquilar al líder de los separatistas chechenos, Dzhojar Dudáyev. Los servicios especiales rusos lo localizaron por medio de una señal de su teléfono satelital, y luego dos aviones de ataque lanzaron dos cohetes contra su coche.

Pero con la muerte de Dudáyev la amenaza terrorista en el país no cesó. Los extremistas continuaron emprendiendo graves atentados en distintas partes de Rusia. En septiembre de 1999 el país sufrió una serie de explosiones en edificios de departamentos en las ciudades rusas de Buynaksk, Moscú y Volgodonsk. Estos actos causaron 307 muertos y 1700 heridos.

Segundo mandato (1996 – 1999) y la inesperada dimisión

A raíz de los acontecimientos en Chechenia y varias otras regiones del Cáucaso Norte, así como a causa de la difícil situación económica en el país, la popularidad de Yeltsin cayó considerablemente. Sin embargo, el Presidente decidió iniciar una campaña para su reelección.

La popularidad de los comunistas creció: en las elecciones parlamentarias de 1995 obtuvieron la mayoría de los escaños en la cámara baja del Parlamento nacional. En los comicios presidenciales del año siguiente, el principal rival de Yeltsin fue el líder del Partido Comunista de Rusia, Guennadi Ziugánov.

En la primera vuelta electoral Yeltsin y Ziugánov obtuvieron casi igual porcentaje de votos (35,28% y 32,03% respectivamente). Tras la primera vuelta la salud de Yeltsin empeoró gravemente y sufrió un infarto, pero logró recuperarse antes de la segunda vuelta, donde obtuvo el 53,82%, casi el 10% más que su rival comunista. Entonces, devino evidente que la mayoría de los ciudadanos no quería volver al pasado comunista, pese a todos los problemas que tuvo que afrontar el país tras el colapso de la URSS.

Esta victoria tuvo un alto precio para Yeltsin, cuya salud continuó empeorándose. El 5 de noviembre de 1996 fue sometido a una cirugía cardíaca, durante la cual el poder presidencial, por varias horas, pasó al primer ministro, Víktor Chernomyrdin. Yeltsin se reintegro a sus labores, plenamente, solo a principios del 1997.

El segundo mandato de Yeltsin fue marcado por la fuerte crisis financiera (también conocida como “la crisis del rublo”) que golpeó a Rusia en agosto de 1998. El declive profundo en el precio del petróleo tuvo consecuencias severas para Rusia. La crisis fue marcada por una enorme devaluación del rublo y una brusca alza de precios. No obstante, la crisis tuvo también su lado positivo, ya que permitió que la industria rusa se pusiera en marcha y volviera a ser competitiva.

Luego en sus memorias, Yeltsin confesaba que las autoridades rusas no estaban preparadas para afrontar tal problema. “A pesar de todas las discusiones sobre la economía de mercado, todavía no estábamos acostumbrados al hecho de que nuestro país se encuentra dentro de una gran civilización económica mundial, dentro del mercado global. La dependencia de las bolsas globales, de la economía mundial no se comprendía plenamente”, - escribe Yeltsin en las memorias "Maratón presidencial".

Entre 1998 y 1999 Yeltsin cambió cinco jefes de Gobierno. Según señalaron algunos medios nacionales, con estos cambios el mandatario intentaba encontrar un sucesor para entregarle el poder presidencial. El quinto Primer Ministro designado en esos dos años fue Vladímir Putin, que antes encabezaba el Servicio Federal de Seguridad de Rusia y el Consejo de Seguridad de Rusia (desde el 26 de marzo de 1999 ocupó ambos cargos a la vez). En una intervención televisiva Yeltsin presentó a Putin como su sucesor.

El 31 de diciembre de 1999 el Presidente pronunció su famoso discurso, transmitido por las principales cadenas de televisión rusas, en el que anunció su dimisión. “Hoy por última vez les hablo en calidad de Presidente de Rusia. He tomado una decisión. Hoy, en el último día del siglo que termina, presento mi dimisión”, -dijo Yeltsin ante los ciudadanos rusos. En este mismo discurso pidió disculpas por no haber podido realizar algunas de sus promesas. Tras presentar su dimisión, nombró a Putin en calidad de Presidente interino de Rusia.

Los últimos años de la vida

Después de su dimisión, Yeltsin a veces aparecía en público. En noviembre de 2000 creó una Fundación de Caridad con el objetivo de apoyar a los talentos jóvenes y realizar investigaciones sociales y políticas. El 12 de junio de 2001 fue condecorado con la Orden del Mérito de la Patria de I grado, el galardón estatal más honorífico de Rusia. El 22 de agosto de 2006 recibió la Orden de Tres Estrellas, el máximo premio estatal en Lituania, por “haber reconocido la soberanía de Lituania en 1991”.

En una de sus últimas entrevistas Yeltsin confesó que en su curso político hubo serios errores, pero que en general había sido escogido el camino correcto. “Logramos alcanzar lo más importante: Rusia dejó de mirar atrás y buscar allí algún “paraíso perdido”. Comenzamos a caminar hacia un Estado normal, sano y civilizado. Con dificultades y errores, pero siempre hacia adelante”, - dijo Yeltsin en una entrevista, en agosto de 2006.

Yeltsin falleció el 23 de abril de 2007 a causa de una insuficiencia cardíaca, a los 76 años de edad. Un año después, el 23 de abril de 2008, en el cementerio Novodévichie en Moscú, donde fue sepultado, se erigió un monumento al primer Presidente de Rusia. Es una ancha lápida memorial de mármol que representa el tricolor de la bandera rusa.

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Mijaíl Gorbachov

Mijaíl Gorbachov, premio Nobel de la Paz 1990, es una de las figuras más destacadas y al mismo tiempo más contradictorias de la política del siglo XX. Encabezó la Unión Soviética durante casi siete años en calidad de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (1985-1991), el sexto en la historia del Estado, y como presidente de la URSS (1990-1991), el primero y el último en la historia del país.

Como cualquier persona destacada, Gorbachov cuenta tanto con partidarios como con detractores. Los primeros lo consideran un reformador legendario que llevó libertad y democracia a un país “cerrado” y que creó los conceptos de “glásnost” (transparencia y libertad de expresión) y “perestroika” (reconstrucción, reforma). Para los segundos, es simplemente alguien que acabó con una superpotencia.

Sea como fuere, Gorbachov contribuyó a la transformación de todo el panorama político internacional. A él se le atribuye la caída del muro de Berlín y la finalización de la Guerra Fría.

 CAMINO HACIA EL PODER

Mijaíl Gorbachov nació el 2 de marzo de 1931 en Privólnoye, en la región de Stávropol, en el suroeste de Rusia, en el seno de una familia campesina. A la edad de 13 años empezó a trabajar en una granja colectiva. A los 15 años se dedicó a conducir máquinas cosechadoras.

En 1950 ingresó en la facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Moscú y dos años más tarde se unió al Partido Comunista.

Contrajo matrimonio con Raísa Titarenko en 1953. Raísa, nacida en Rubtsovsk, Siberia, conoció a Mijaíl mientras estudiaba sociología en la Universidad Estatal de Moscú. Una vez se graduaron en 1955, los recién casados se trasladaron a la región natal de Mijaíl Gorbachov, donde Raísa comenzó a impartir clases de filosofía. En 1957 dio a luz a su única hija, Irina, quien a su vez más tarde dio a la pareja dos nietas, Ksenia y Anastasía.

Inicialmente carrera de Mijaíl Gorbachov estaba en la Fiscalía local pero el joven optó por la política. Tardó 15 años en convertirse en el primer secretario o, dicho de otra forma, en jefe del Partido Comunista de la región. Poco después, en 1971, entró en el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Como máximo funcionario del poder en la región de Stávropol, Gorbachov comenzó a aplicar métodos innovadores en la agricultura. En 1978 fue trasladado a Moscú con el fin de hacerse cargo de la supervisión del sector agrícola a nivel nacional.

Cuando Gorbachov volvió a Moscú como funcionario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Raísa se incorporó como lectora en la Universidad Estatal de Moscú, puesto que abandonó cuando Mijaíl alcanzó el mando de la Unión Soviética en 1985.

En 1980 Gorbachov fue elegido miembro del Buró Político, máximo órgano del poder ejecutivo de la URSS. Con el apoyo de Yuri Andrópov, líder del país entre los años 1982 y 1984 Gorbachov se convirtió en uno de los políticos más visibles y activos del Buró. Junto con Andrópov, se encargó de las reformas económicas y administrativas. Alrededor del 20 % de los ministros del Gobierno fueron reemplazados durante este período, en la mayoría de los casos, por especialistas jóvenes.

Con la muerte en 1984 de Andrópov, el gobierno del país recayó entonces en manos de Konstantín Chernenko por un período de un año y veinticinco días. En 1985 Chernenko, de 74 años de edad, murió a causa de una grave enfermedad. El 11 de marzo de 1985, Mijaíl Gorbachov fue elegido secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la URSS, cargo que lo envistió como líder supremo del país.

REFORMAS

Al llegar al poder, Mijaíl Gorbachov anunció que su principal objetivo eran las reformas. Apareció un nuevo concepto: la perestroika. El término, que literalmente significa “reconstrucción”, correspondía a la estrategia de reorganizar y modernizar tanto la esfera económica como política.

En el sector económico, la perestroika suponía introducir en la URSS varios elementos de la economía de mercado: independencia comercial y autogestión financiera para manufacturas, aparición de cooperativas, antecedentes de empresas privadas y la anulación de restricciones para las operaciones con divisas. Por primera vez desde la Nueva Política Económica (NEP) de los años 20 se autoriza en el país la iniciativa privada. Surgen restaurantes, tiendas y otros negocios particulares, al mismo tiempo que comienza la reestructuración de la mayor parte de las empresas públicas (previamente el Estado socialista controlaba la economía a través de la centralización determinando la asignación de recursos y los precios, por lo que casi todas las empresas eran de propiedad estatal).

Política interior

En el sector político, la perestroika trajo consigo un segundo concepto, glásnost, es decir, transparencia y libertad de expresión. Con esta medida, Gorbachov deseaba dar más libertad al pueblo. Se liberó a presos políticos y se permitieron las manifestaciones de protesta en las calles. Fue suavizada la censura, es decir, se redujo el control del Partido Comunista sobre los medios de comunicación y la producción artística. Fue un cambio radical puesto que el régimen soviético se basaba en el control sobre las publicaciones y los discursos. La prensa independiente comenzó a aparecer en la escena informativa. Durante el mandato de Gorbachov, la URSS y los Estados Unidos realizaron varias teleconferencias. En 1988 la Unión Soviética puso fin al bloqueo de programas de estaciones de radio occidentales.

Gorbachov reformó también el poder. Introdujo elecciones libres en las que podían participar varios candidatos, al contrario de la versión soviética tradicional en la que existía solo una candidatura en la lista, donde la única opción para el elector era marcar un sí. Entre el 25 de mayo y el 9 de junio de 1989 se celebró en Moscú el primer Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS, el nuevo órgano supremo legislativo del país formado tras los primeros comicios libres en la nación.

En marzo de 1990 el Congreso de los Diputados del Pueblo aprobó enmiendas para la Constitución del Estado que cambiaron el sistema político del país. El 15 de marzo se introdujo el cargo de presidente. Anteriormente, el título de jefe de Estado recaía en el secretario general del Comité Central del Partido Comunista.

Según la Constitución, el presidente debía ser elegido a través de votación directa de los ciudadanos del país. Pero como una excepción en las primeras elecciones, participaron solo los miembros del Congreso. Mijaíl Gorbachov fue elegido presidente de la URSS.

POLÍTICA EXTERIOR

En la política internacional la doctrina principal fue la mejora de las relaciones con los países capitalistas de Occidente y el desarme nuclear.

Desarme nuclear

En el año 1985 el Gobierno de la URSS declaró una moratoria sobre las pruebas de armas nucleares. El 15 de enero de 1986 se publicó la “Declaración del Gobierno Soviético” con el programa de desarme nuclear completo que debería finalizar para el año 2000 y que contenía además un llamado a los países del mundo para que apoyaran la moratoria y la reducción del uso de este tipo de armas.

Entre el 30 y el 31 de julio de 1991, en Moscú Mijaíl Gorbachov y su homólogo estadounidense, Ronald Reagan, firmaron el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas conocido como START-I. El acuerdo establecía limitaciones a la cantidad de vehículos y cabezas nucleares que ambos países podían poseer. El compromiso entró en vigor el 5 de diciembre de 1994, tres años después del colapso de la URSS.

El fin de la campaña soviética en Afganistán

El 12 de diciembre de 1979 la Unión Soviética tomó la decisión de introducir tropas en Afganistán. Fue una de las etapas de la Guerra Fría. El objetivo de la campaña era “fortalecer las fronteras meridionales con el fin de tener un régimen ‘amigo’ en Afganistán, lo que permitiría evitar una agresión desde el exterior”. La operación desembocó en un largo conflicto armado entre el régimen gobernante prosoviético, apoyado por las tropas de la URSS, y un ejército irregular formado por Muyahidines y una parte de la sociedad afgana que se les unió. En su lucha, los Muyahidines contaban con respaldo político y financiero de varios países, principalmente de Arabia Saudí y EE. UU.

Mijaíl Gorbachov cambió la política de la URSS en cuanto a Afganistán. En febrero de 1986 anunció la elaboración de un programa de retirada de las tropas soviéticas del país.

En mayo de 1986, apoyado por la Unión Soviética, en Afganistán llegó al poder Mohammad Najibulá. El nuevo líder del país introdujo una política de “métodos pacíficos para resolver los problemas del interior del Estado”. La estrategia recibió el nombre de “Reconciliación Nacional” y tenía como objetivo solucionar el conflicto armado a través de “negociaciones, amnistías y apertura política”.

En noviembre del mismo año, Mijaíl Gorbachov declaró: “Llevamos más de seis años en la guerra afgana. Si no cambiamos los métodos, estaremos en guerra 20 o 30 años más”. El mandatario anunció que las tropas soviéticas se retirarían del país en los dos años siguientes. Para el 15 de febrero de 1989 todas las divisiones soviéticas habían abandonado Afganistán.

Más de 15 000 efectivos soviéticos fallecieron en el país centroasiático en 10 años. La década de la campaña militar costó a la Unión Soviética unos 30 000 millones de dólares estadounidenses (según valores del año 2008) en gastos militares y hasta 50 000 millones de dólares en apoyo al Gobierno de Kabul.

La caída del Muro de Berlín

Con Gorbachov en el poder, la URSS proclamó que no habría injerencia en los asuntos internos de otros Estados, incluidos los países del Pacto de Varsovia. La decisión de la Unión Soviética de terminar con la política que mantenía con estos Estados desembocó en un cambio de poder en la mayoría de los países socialistas.

Como consecuencia, en junio de 1989, Hungría eliminó la valla en sus fronteras con su vecino occidental, Austria. El 11 de septiembre de 1989 se declaró la apertura de la frontera.

Los ciudadanos de la República Democrática Alemana comenzaron a emigrar a través de Hungría a países europeos occidentales con la esperanza de, desde allí, poder entrar en la República Federal de Alemania. Entre el 11 y el 14 de septiembre de 1989 15 000 ciudadanos de la República Democrática Alemana abandonaron el país. Las autoridades de la RDA perdieron el control sobre la situación y el Muro de Berlín perdió su significado.

El 9 de noviembre de 1989, las autoridades de la RDA declararon que sus ciudadanos podían obtener visados para visitar Berlín Occidental y la República Federal de Alemania. Centenares de miles de alemanes orientales, cansados de esperar la documentación necesaria, se dirigieron espontáneamente a la frontera. Al principio, las tropas fronterizas intentaron contener la marea humana pero terminaron por abrir la frontera. Los residentes de Berlín Occidental, por su parte, salieron para reunirse con sus vecinos que durante décadas se vieron obligados a vivir en otro país.

La política firme de Mijaíl Gorbachov fue la pieza clave que evitó el derramamiento de sangre y el factor decisivo para la caída del Muro y la reunificación de Alemania.

El 10 de septiembre de 1990, Mijaíl Gorbachov mantuvo una conversación telefónica con el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, y acordó la retirada completa de las tropas soviéticas de Alemania para fines de 1994, tema que provocaba entonces máxima disconformidad entre las partes involucradas durante décadas. El 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el convenio que recibió el nombre de “Tratado sobre la Soberanía”. En el documento, los aliados en la Segunda Guerra Mundial renunciaron a sus derechos sobre Alemania. El 3 de octubre de 1990 las dos Alemanias se reunieron oficialmente. El Muro de Berlín fue destruido casi por completo, salvo varios fragmentos que decidieron conservarse como monumentos conmemorativos.

Fin de la Guerra Fría

La aspiración de Gorbachov de reformar la economía de la URSS determinó en parte su política exterior y la estrategia de mejorar las relaciones con los Estados Unidos. Uno de los objetivos fue reducir los gastos militares que por aquel entonces suponían el 25 % del presupuesto estatal.

El primer encuentro entre Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan, el entonces presidente de EE. UU., tuvo lugar en Ginebra, Suiza, en el otoño de 1985. En octubre de 1986, en Reikiavik, Islandia, la URSS declaró por primera vez estar dispuesta a hacer concesiones importantes a sus adversarios. Desde 1987 la tensión entre las dos superpotencias empezó a suavizarse para desaparecer casi por completo en los años siguientes. El 7 de diciembre de 1987 se firmó en Washington el histórico Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance.

El 21 de noviembre de 1990 se firmó en París la Carta para una Nueva Europa, que puso el punto de partida a una nueva era de “paz, democracia y unidad”. En 1991 fueron disueltas las estructuras militares del Pacto de Varsovia. La URSS retiró sus tropas de Polonia, Hungría y Checoslovaquia.

Algunos consideran que el 1 de julio de 1991 fue el fin oficial de la Guerra Fría, la “guerra” más larga del siglo XX, que se prolongó 45 años, cuando en Praga, Checoslovaquia, se firmó el Protocolo de Cese Completo de los Efectos del Pacto. Para otros, la última página se cerró en mayo de 1992, cuando Mijaíl Gorbachov, en calidad de expresidente, pronunció un discurso dedicado a las cuestiones de pacificación en el Westminster College en Fulton (Misuri, EE. UU.), el mismo lugar donde había empezado la Guerra Fría el 5 de marzo de 1946 con el legendario discurso “El Telón de Acero” del exprimer ministro británico Winston Churchill.

En 1989 Mijaíl Gorbachov recibió la medalla de la paz “Otto Hahn de Oro”. El 19 de mayo de 1989 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por sus esfuerzos por favorecer la cooperación internacional y eliminar las barreras que dificultan el entendimiento entre las naciones.

El 16 de octubre de 1990 Mijaíl Gorbachov fue galardonado con el premio Nobel de la Paz por promover reformas en Europa Oriental y ayudar a poner fin a la Guerra Fría. El comité noruego destacó su importante papel en los cambios positivos en la relación entre Oriente y Occidente. Mijaíl Gorbachov transfirió la dotación económica que obtuvo con el premio Nobel al presupuesto estatal. El dinero se usó en la construcción de hospitales en el país.

Poco antes, en 1987, su esposa, Raísa Gorbachova, fue proclamada “mujer del año” por la revista británica Woman’s Own, y la fundación Together for Peace la galardonó con el premio Mujer por la Paz. En 1991 recibió el premio Lady of the Year. Se veía como mensajera de la paz que apoyaba la política innovadora de su marido. Su personalidad y estilo dinámico atrajeron el interés y la atención de los observadores y medios occidentales. Destacó por sus generosas contribuciones para la atención de los niños enfermos de leucemia.

Durante muchos años patrocinó el Hospital Central Infantil de Moscú así como la Asociación Internacional de Hematólogos del Mundo para los Niños y ayudó a introducir técnicas modernas para el tratamiento de la leucemia infantil.

La primera dama dedicó mucho tiempo a la cultura. Fue una de las creadoras de la Fundación Soviética de la Cultura, que se dedicó a restaurar catedrales ortodoxas, recuperar la herencia artística y cultural rusa, financiar museos y mucho más.

EL LADO OSCURO

Junto con la perestroika, el país vivió una difícil situación económica. Cuando Gorbachov asumió el poder en 1985, la deuda externa del país era de 31 300 millones de dólares estadounidenses. A pesar de todos los esfuerzos, los recortes en gastos militares, la anulación de las restricciones para operar con divisas y la aprobación de leyes que permitían crear cooperativas, la deuda exterior seguía creciendo. Muchos expertos opinan que esto se debió al carácter caótico de las reformas y la falta de previsión.

Como resultado, la deuda exterior ascendió a 70 300 millones de dólares estadounidenses en 1991. La reserva de oro de la Unión Soviética disminuyó en 10 veces. El país empezó a sufrir graves problemas en el suministro de alimentos. Gorbachov se vio obligado a reintroducir el sistema de libretas de racionamiento. En 1991, por primera vez se registró una crisis demográfica: la mortalidad superó a la natalidad.

Mijaíl Gorbachov fue muy criticado por su política informativa relativa al desastre nuclear del reactor número 4 de la central de Chernóbyl, Ucrania, el 26 de abril de 1986. A pesar de que en la URSS se había proclamado la estrategia de perestroika y glásnost, las autoridades soviéticas se abstuvieron de avisar a la población inmediatamente sobre la escala real del desastre nuclear en la central: el primer anuncio sobre el incidente en el bloque 4 fue realizado 36 horas después de la catástrofe. Respecto a la posible amenaza radioactiva no se dijo nada. Tampoco se habló de tomar medidas preventivas. Según afirmaron posteriormente las autoridades, su objetivo al mantener el silencio fue evitar el pánico.

Esta política hizo que el número de víctimas de la catástrofe aumentara cientos de veces. Más de 7 millones de residentes de los territorios contaminados por la nube radioactiva recibieron diferentes dosis de radiación. Un equipo internacional de más de 100 científicos ha fijado el total de víctimas mortales del accidente en 4000 personas.

EL COLAPSO DE LA URSS

Una vez anunciadas las elecciones libres, un gran número de escaños en los Parlamentos de las repúblicas que formaban la Unión Soviética pasaron a los liberales y a los nacionalistas, que exigían una transición más rápida a la economía de mercado y la independencia de sus repúblicas. Entre los años 1990 y 1991 muchos Estados aplicaron medidas para tomar el control sobre sus economías locales, llegando a negarse al pago de impuestos al presupuesto de la URSS.

Para preservar la integridad del país, Gorbachov elaboró el proyecto de un nuevo tratado que debería dar vida a una nueva federación voluntaria donde las repúblicas tendrían más derechos.

En agosto de 1991, y en vísperas de la firma del nuevo tratado, un grupo de altos cargos del Gobierno de la URSS intentaron privar violentamente a Gorbachov del poder con un golpe de Estado. Consideraban que las reformas suponían demasiadas libertades y “amenazaban intereses nacionales”, lo que podía “acabar con el país”. Con el objetivo de “prevenir la desintegración” de la Unión Soviética crearon el llamado Comité Estatal de Emergencia.

El 19 de agosto, aprovechando que Gorbachov pasaba sus vacaciones en Crimea y estaba ausente de Moscú, el Comité anunció el estado de emergencia en el país y la suspensión temporal del presidente en ejercicio a causa de sus supuestos “problemas de salud”. Los organizadores del golpe de Estado tenían a su disposición varias divisiones militares. Alrededor de 4000 efectivos entraron en Moscú. En las calles de la capital aparecieron tanques y vehículos blindados de combate. Las tropas fueron mandadas también a Leningrado (actual San Petersburgo) y a otras ciudades de la URSS. Gorbachov quedó bajo arresto domiciliario en Crimea.

En esta situación fue Borís Yeltsin, el presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia desde el 10 de julio de 1991, quien consolidó la resistencia popular a los golpistas. Llamó a la población a que defendiera las libertades democráticas. Miles de personas salieron a las calles de Moscú para mostrar su rechazo a las actividades del Comité Estatal de Emergencia. El 21 de agosto la resistencia popular acabó con el golpe de Estado.

El 22 de agosto los organizadores del golpe fueron detenidos y Mijaíl Gorbachov volvió a Moscú. Sin embargo, sus planes de preservar la integridad de la URSS ya no se harían realidad. Para septiembre la mayoría de las repúblicas soviéticas habían proclamado su independencia de la Unión Soviética. El 8 de diciembre de 1991 se firmó un documento que estipulaba que la Unión Soviética dejaba de existir. El 25 de diciembre de 1991 Mijaíl Gorbachov renunció oficialmente al puesto de presidente de la URSS.

DESPUÉS DE LA POLÍTICA

En enero de 1992, en su primer mes fuera de la alta política del país, Mijaíl Gorbachov puso en marcha la Fundación Gorbachov. Desde entonces y hasta ahora es el presidente de dicha organización. La Fundación es internacional y se dedica a estudios económicos y políticos y al análisis de los problemas actuales de la historia mundial. Uno de los proyectos de la organización es el Instituto Raísa Gorbachova de Hematología y Trasplantes en San Petersburgo. El Instituto, que está en activo desde el año 2007 y que lleva el nombre de su esposa, está dedicado al tratamiento del cáncer infantil.

En 1993 Gorbachov fundó la Cruz Verde Internacional, una organización ecológica con oficinas representativas en más de 20 países en el mundo. La organización es uno de los tres mayores patrocinadores de la Carta de la Tierra, una declaración internacional de principios, propuestas y aspiraciones para una sociedad mundial sostenible, justa y pacífica en el siglo XXI, la cual fue lanzada por la ONU en el año 2000. Las principales misiones de la Cruz Verde son la prevención de los conflictos causados por la degradación medioambiental y la asistencia a las víctimas de las consecuencias medioambientales derivadas de las guerras.

La esposa de Mijaíl Gorbachov, Raísa, en la década de los años 1990 siguió con su actividad social, ayudando a los niños enfermos y patrocinando el Hospital Central Infantil de Moscú. Además, en 1997 fundó el Club Raísa Maxímovna, organización creada con el objetivo de aumentar el papel de la mujer en la sociedad rusa y prestar ayuda a los niños.

Raísa Gorbachova falleció el 20 de septiembre de 1999 a los 67 años a causa de una leucemia en una clínica de Alemania donde estaba recibiendo tratamiento. Está enterrada en el cementerio de Novodévichi de Moscú.

En 1996 Mijaíl Gorbachov intentó volver a la política y presentó su candidatura para las elecciones presidenciales de la Federación de Rusia. Recibió el 0,51 % de los sufragios o 386 069 votos. Borís Yeltsin ganó los comicios con el 53,82 % de los votos, resultado que le permitió inaugurar su segundo mandato.

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Golpe de agosto

Con el nombre de “golpe de agosto” se conoce en la historia moderna de Rusia el fallido intento de separar a Mijaíl Gorbachov del cargo de presidente de la URSS y de revertir el rumbo de las reformas políticas y económicas emprendidas en los años 80 del siglo XX. El intento del golpe de Estado se produjo entre el 19 y 23 de agosto de 1991 y fue protagonizado por un grupo de políticos y militares del ala conservadora del Partido Comunista, del Gobierno del país y de los servicios secretos.

Premisas


Para el 20 de agosto de 1991 había sido anunciada la firma del nuevo Tratado de la Unión. La URSS se convertiría en un Estado federativo compuesto por repúblicas soberanas con poderes mucho más amplios. Anteriormente, el 17 de marzo de 1991, en el país se había celebrado un plebiscito y el 76 % de los participantes se había pronunciado por la preservación de una Unión renovada.

Mientras tanto, ya el 3 de marzo la república de Lituania había declarado su independencia; también el 3 de marzo se habían pronunciado los habitantes de Letonia a favor de separarse de la URSS y el 9 de abril se celebró otra consulta popular en la república de Georgia. Los georgianos votaron a favor de separarse de la Unión Soviética. Las demás repúblicas de la URSS también estaban a punto de declararse independientes de las autoridades centrales de Moscú.

La cúpula gobernante del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Gobierno de la URSS continuaba manejando ideas conservadoras y sentía inseguridad personal ante el futuro. El ala conservadora con ayuda del KGB procedió a los preparativos de la destitución del presidente de la URSS.

Crónicas de agosto

El intento de golpe de Estado fue emprendido a las seis de la mañana del 19 de agosto de 1991. Por la televisión y la radio soviéticas se leyó el mensaje de un nuevo organismo del poder nacional: el Comité Estatal de Situación de Emergencia. En el documento se declaraba el estado de excepción a partir de las 4 de la mañana del 19 de agosto de 1991 en varias provincias de la URSS y por un periodo de 6 meses. Se suspendieron las actividades de todos los partidos políticos y en Moscú y en otras ciudades importantes entraron las tropas. Se estableció la censura de los medios de comunicación y se limitaron los derechos y libertades constitucionales. En las grandes ciudades se estableció el toque de queda. “Tenemos que tomar medidas decisivas que eviten la deriva del país hacia la catástrofe”, decía el texto del documento.

Guennadi Yanáyev, vicepresidente de la URSS, se proclamó presidente en funciones del país en sustitución de Mijaíl Gorbachov, que, según el Comité de Emergencia, había enfermado gravemente.

En la noche del 19 de agosto los seis miembros del Comité aparecieron en una conferencia de prensa. Yanáyev aseguró que Mijaíl Gorbachov estaba vivo y regresaría a Moscú después de su recuperación.

El mismo día, a las 9 de la mañana, el presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR por sus siglas en ruso), Borís Yeltsin, había transmitido un mensaje a los ciudadanos del país en el que calificaba la situación de golpe de Estado reaccionario. Yeltsin convocó una huelga general. Esta grabación fue emitida únicamente por una emisora liberal con cobertura en Moscú. En el resto de canales los presentadores continuaban leyendo comunicados del Comité de Emergencia.

Por las carreteras occidental y nororiental de Moscú entraron tanques, vehículos blindados y camiones con tropas de élite: las divisiones Tamánskaya, Kantemírovskaya y Dzherdzhínskaya, en total unos cuatro mil uniformados. Tropas territoriales fueron emplazadas asimismo a Leningrado y a los alrededores de las capitales de las “rebeldes” repúblicas de Lituania, Letonia y Georgia.

En el primer día del intento del golpe una compañía de tanques se negó a subordinarse a los golpistas. Al mediodía del 19 de agosto Borís Yeltsin salió a las puertas del edificio del Soviet Supremo de Rusia y trepó a uno de estos tanques. Yeltsin se dirigió a la muchedumbre que estaba en los alrededores desde las primeras horas de la mañana y repitió su mensaje con la denuncia del golpe de Estado.

Las tropas se veían extrañas entre los habitantes de la capital de Rusia que se acercaban a los militares y les regalaban flores, cigarrillos, brindaban con cerveza y vodka y les instigaban a no cumplir órdenes. A medida que transcurrían las horas Borís Yeltsin y su entorno se iban dando cuenta de que los organizadores del golpe no controlaban la situación y no podían decidirse a llevar a cabo acciones serias.

El 20 de agosto en las plazas y calles alrededor de la sede del Soviet Supremo de Rusia se reunieron unas doscientas mil personas. Tras escuchar el discurso de Yeltsin miles de personas se quedaron para formar un anillo humano alrededor del edificio. Entre ellos se encontraba el famoso violonchelista Mstislav Rostropóvich y otras personalidades culturales del país. Por la noche se esperaba el asalto.

El único incidente en el que se derramó sangre ocurrió cuando un pelotón de vehículos blindados transitaba, cambiando el lugar de emplazamiento, por un túnel bajo la calle Novy Arbat. Los defensores del Soviet Supremo creyeron que ya había comenzado el asalto. Los carros de combate fueron incendiados con cócteles molotov. Los conductores de los vehículos perdieron la orientación y atropellaron a tres atacantes: Vladímir Úsov, Dmitri Komar e Iliá Krichevski. Fueron enterrados con honores oficiales tres días después.

El 21 de agosto fue agónico para el Comité de Emergencia. La mayoría de las estructuras del Partido Comunista y de los gobiernos provinciales permanecían en la indiferencia o con leves signos de apoyo discreto al golpe. La población del país, excepto las capas más politizadas de la capital de la URSS, no participó en la resistencia frente a los golpistas ni los apoyó. Las repúblicas de la Unión emitieron declaraciones de condena y de la misma manera se pronunció Occidente. Finalmente, el comando Alfa del KGB desistió de tomar por asalto el edificio del Soviet Supremo.

El 21 de agosto los tres miembros más prominentes del Comité de Emergencia volaron a Crimea para entrevistarse con Mijaíl Gorbachov y nuevamente pedirle la renuncia pública. El presidente de la URSS se negó a negociar hasta que le restablecieran la comunicación con Moscú. Al obtenerla inmediatamente derogó todos los decretos del Comité de Emergencia y ordenó detener a los líderes del golpe. El 22 todos ellos fueron arrestados. En la manifestación cerca del Soviet Supremo se estrenó una nueva bandera tricolor de Rusia. En la noche del mismo 22 de agosto en la plaza frente a la sede del KGB se demolió la estatua de Félix Dzherdzhinski, fundador de la policía secreta soviética. Las tropas regresaron a sus cuarteles dejando dañadas las calles y plazas de Moscú por los tanques.

Gorbachov bajo arresto domiciliario

Durante los primeros días del intento de golpe de Estado nada se sabía con exactitud sobre lo que ocurría en la residencia presidencial de Crimea. Hasta 1995, cuando Mijaíl Gorbachov publicó sus memorias en la obra Vida y reformas, no se conocieron todos los detalles. En el libro fueron incluidos también fragmentos del diario personal de la esposa del presidente de la URSS, Raísa Gorbachova.

Según las memorias, a las cuatro y media de la mañana del 19 de agosto una docena de aparatos telefónicos en el despacho de la mansión veraniega de Gorbachov en Crimea dejaron de funcionar. Ni los televisores, ni la radio captaban señales. Más tarde en la residencia aparecieron los cabecillas del golpe e insistieron en que el presidente firmara su renuncia voluntaria.

En sus memorias Gorbachov recalca que se negó rotundamente y calificó a los golpistas de pandilla de criminales que respondería por la aventura emprendida.

En la noche del 19 de agosto, la hija de Gorbachov, Irina, y su marido, Anatoli, grabaron con una pequeña cámara de vídeo un mensaje en el que el presidente de la URSS, mostrando un certificado médico, se declaraba completamente sano, rechazaba cualquier vínculo con el golpe y demandaba el levantamiento del estado de excepción. Irina y Anatoli sacaron la cinta de vídeo, la cortaron en varias partes y la repartieron entre la gente de confianza.

La mansión en Forós estaba rodeada por dos anillos de guardias. Frente a las costas se ubicaron tres buques patrulleros. Para que nadie aterrizara, la pista de helicópteros había sido bloqueada con camiones pesados.

Raísa en su diario anotó que durante los tres días de arresto domiciliario, la familia (en la residencia se encontraban, además de la hija y del yerno, dos nietas, Anastasía y Ksenia) salía de la casa para dar paseos por la playa. Gorbachov quería que los guardias y todo el personal de Forós estuvieran al tanto de que el presidente de la URSS no estaba enfermo y no guardaba cama. La familia se negó a comer los productos que llegaban de fuera de la residencia, consumiendo solo lo que estaba en las despensas desde antes del 19 de agosto. Todos tenían miedo de ser envenenados.

El 21 de agosto llegó el momento de máxima tensión. Gorbachov por fin obtuvo un pequeño receptor de radio y escuchó el informe de una emisora extranjera en el que se anunciaba la próxima llegada a Crimea de la delegación del Comité de Emergencia. La familia pensó que, al verse frustrados sus planes, los golpistas querrían matar a Gorbachov. Raísa sufrió un ataque de hipertensión (víctima del estrés, estuvo enferma los dos años posteriores). La guardia personal de Gorbachov (unas 30 personas) se armó con ametralladoras.

A Crimea llegaron dos delegaciones. La segunda era la de los seguidores de Borís Yeltsin. Estos fueron recibidos inmediatamente mientras que los golpistas no fueron admitidos al despacho de Gorbachov. En total el presidente de la URSS permaneció aislado 73 horas. “Estas horas fueron vividas al borde de las posibilidades humanas”, escribió en su diario Raísa Gorbachova.

Malos y buenos

El Comité Estatal para Situaciones de Emergencia se componía de 8 personas:
Guennadi Yanáyev, vicepresidente de la URSS (presidente del Comité de Emergencia),
Dmitri Yázov, ministro de Defensa de la URSS,
Vladímir Kriuchkov, presidente del KGB (servicio secreto) de la URSS,
Valentín Pávlov, primer ministro de la URSS,
Borís Pugo, ministro del Interior de la URSS,
Oleg Baklánov, primer vicepresidente del Consejo de Defensa de la URSS,
Vasili Starodúbtsev, presidente del Consejo de Agricultores,
Alexandr Tiziakov, presidente de la Asociación de Empresas Estatales.

Todos ellos eran miembros del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Hoy siguen vivos Baklánov, Tiziakov y Yázov. Vasili Starodúbtsev murió en 2011 y fue gobernador de la provincia rusa de Tula entre los años 1997-2005. El ministro del Interior Borís Pugo se suicidó el 22 de agosto de 1991, al día siguiente del fracaso del golpe. Se comenta que le pegó un tiro su esposa, que también se suicidó. Los golpistas permanecieron encarcelados hasta febrero de 1994, cuando la recién elegida Duma del Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) decretó la amnistía.

Entre los que se enfrentaron al golpe la figura más brillante fue Borís Yeltsin. A su lado se encontraba el primer ministro de la república, Iván Siláyev, el presidente del Soviet Supremo de Rusia, Ruslán Jazbulátov, y el vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói. En octubre de 1993 estos dos últimos se atrincheraron en la sede del Soviet Supremo, rebelándose contra Yeltsin, y el mandatario ruso no dudó en ordenar el asalto, que dejó numerosas víctimas.

En el aplastamiento del golpe de agosto de 1991 también desempeñaron un papel clave el comandante y el subcomandante de las tropas aereotransportadas Pável Grachov y Alexandr Lébed. Ambos se negaron a derramar la sangre de civiles. Grachov en 1992 ocupó la jefatura del Ministerio de Defensa y Lébed fue rival de Yeltsin en los comicios presidenciales del año 1996, donde quedó en tercer lugar, y más tarde obtuvo el cargo de secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.

Consecuencias

El 23 de agosto de 1991 durante la sesión plenaria del Soviet Supremo de Rusia y en presencia del presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, Borís Yeltsin firmó el decreto sobre la suspensión de las actividades del Partido Comunista de la Federación de Rusia. El 6 de noviembre, en vísperas de la máxima fiesta comunista (el septuagésimo cuarto aniversario de la revolución bolchevique), Yeltsin prohibió definitivamente el partido.

En el período del 24 de agosto al 16 de diciembre se declararon independientes casi todas las repúblicas de la Unión Soviética. El día 20 de diciembre la URSS dejó de existir.

Cada año el 22 de agosto se celebra el Día de la Bandera Nacional como recuerdo de aquella tricolor que se convirtió en la insignia del país tras la derrota de los golpistas.
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